Sunday, January 1, 2017

la Venida el Anticristo ( Hieromonje Seraphim Rose )

 
 “Aquel que ha detenido la aparición en el mundo del Anticristo, el hombre de la iniquidad y anarquía, el último y más poderoso enemigo de Cristo y su Iglesia, es -de acuerdo a la enseñanza de San Juan Crisóstomo y otros Padres de la Iglesia- la legitima autoridad, tal como como fue representada y simbolizada por el Imperio Romano. Esta idea fue supremamente encarnada en el Imperio Cristiano: primero en Bizancio, cuando Constantinopla era la segunda Roma, y luego en el Imperio Ruso Ortodoxo, cuando Moscú fue la Tercera Roma. En 1917 la “Era Constantiniana” ha venido a su fin, el Imperio Ortodoxo ha sido derrocado-y el mundo, comenzando con Moscú, ha sido arrojado a una era de ausencia de leyes y ateísmo (y en la vida cristiana, de apostasía) como no se ha visto antes. El Zar Nicholas II fue el último representante de este ideal de legítima autoridad cristiana, y la era de ausencia de leyes ha comenzado apropiadamente con su asesinato. Para los cristianos ortodoxos, sin embargo, la nueva era comienza con un mártir: un testigo para la Iglesia Ortodoxa, fiel hasta el fin a su Iglesia y su sagrada vocación... El fenómeno mismo del Zar-Mártir es una fuente de inspiración para los cristianos ortodoxos. Pero ésta es sólo parte de la significancia ortodoxa de Nicolás II. Su piedad personal y carácter cristiano, y su activo papel como un Zar que ha promovido un verdadero renacimiento ortodoxo, haciéndose el último y uno de los más grandes representantes de la tradición monárquica ortodoxa”

Catecismo Ortodoxo 

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El teatro calma la vida cristiana para dormirla ( San Juan de Kronstadt )



El teatro calma la vida cristiana para dormirla, destruirla, comunicando a la vida de los cristianos el carácter de la vida de los paganos. “Sintieron sueño y se durmieron” (Mateo 25:5); este desastroso sueño se produce, entre otras cosas, también por el teatro. ¿Y qué más?. Las ciencias, enseñadas en el espíritu del paganismo, la preocupación mundana llevada hasta el exceso, el amor a las ganancias, la ambición y la sensualidad. El teatro es la escuela de este mundo, y del príncipe de este mundo, esto es, el maligno, pero a veces él se transforma en ángel del luz para poder tentar más fácilmente a la gente que no prevé y no se prepara, e introduce a veces una moral aparente en el escenario, y esto se hace para que todos puedan proclamar y decir que el teatro es una institución moral, y que no es menos digno de frecuentar que la iglesia, e incluso, tal vez más, porque en la iglesia todo es lo mismo, mientras que en el teatro hay variedad de obras, escenarios, vestuario y actores.




Muchos hombres, no sólo soportan la carga del maligno con gusto y voluntariamente en sus corazones, sino que se acostumbran tanto que a menudo no la sienten, e incluso se incrementa imperceptiblemente. Sin embargo, a veces el maligno aumenta su peso por diez, y entonces se vuelven terriblemente abatidos y desanimados, murmuran y blasfeman incluso contra el nombre de Dios. Los medios habituales que los hombres de nuestro tiempo toman para alejar su angustia son: los entretenimientos, las cartas, los bailes y los teatros. Pero tales medios aumentarán después incluso más la angustia y el agotamiento de sus corazones. Si de forma feliz se vuelven a Dios, entonces Él quitará el peso de sus corazones, y claramente verán que previamente esa pesada carga yacía en su corazón, aunque frecuentemente no la notaban. ¡Ay, cuántos hombres hay que han “abandonado (a Dios), la Fuente del agua viva, y lanzaron este agua por la cisterna, por cisternas rotas, que no pueden contener agua (viva)!”. Los hombres tienen muchas de estas cisternas; casi todo el mundo tiene la suya propia. Las cisternas rotas son nuestros corazones, nuestras pasiones….

De “Mi vida en Cristo”, San Juan de Kronstadt.

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