Thursday, October 26, 2017

Santo Mártir Néstor. (Octubre 27)

En tiempos del Martirio de San Dimitrio, el exudador de mirra, vivía en Constantinopla un joven, Néstor, que había aprendido la Fe Cristiana del mismo Santo Dimitrio. En aquel tiempo, el emperador Maximiano, enemigo de Cristo, ordenó que se efectuaran varios juegos y espectáculos para el pueblo. El favorito del Emperador era un vándalo llamado Liaeo, que era un hombre de tamaño y fuerzas como las de Goliat. Como gladiador imperial, Liaeo retaba a duelo a diferentes hombres todos los días y los mataba, y estas masacres suyas deleitaban la sed de sangre del idólatra Emperador. Este construyo un estadio especial, parecida a una plataforma sobre columnas, para los duelos de Liaeo. Debajo de esta plataforma, había lanzas con agudas filos apuntando hacia arriba. Cuando Liaeo vencía a alguien en un duelo, lo arrojaba desde la plataforma hacia el bosque de lanzas. Los paganos se paraban alrededor de estas junto a su Emperador, y se deleitaban cuando algún pobre desdichado se retorcía atormentado sobre las lanzas hasta morir. Entre las víctimas inocentes de Liaeo se encontraba un gran número de cristianos, pues en los días en que nadie se presentaba voluntariamente para batirse a duelo con Liaeo, los Cristianos eran obligados a luchar con él por orden del Emperador. Viendo este aterrorizante disfrute del mundo pagano, el Corazón de Néstor se llenó de dolor y resolvió ir él mismo al estadio del inmenso Liaeo. Néstor fue primero a la prisión donde Santo Dimitrio estabmaa encerrado, y le pidió su bendición para hacer esto. Santo Dimitrio lo bendijo, haciendo la Señal de la Cruz sobre su frente y su pecho, y le dijo: «Lo vencerás, pero sufrirás por Cristo». El joven Néstor fue entonces al estadio de Liaeo. El Emperador estaba allí con una gran multitud, y todos se lamentaban de la inminente muerte del joven Néstor. Trataban de convencerlo de que no luchara con Liaeo, pero Néstor hizo la señal de la cruz y dijo: «¡Oh Dios de Dimitrio, Ayúdame!» Con la ayuda de Dios, Néstor venció a Liaeo, lo derrumbó, y lo arrojó hacia las agudas lanzas, donde el pesado gigante pronto halló la muerte. Entonces todo el pueblo exclamó: «¡Grande es el Dios de Dimitrio!» Pero el impío Emperador había sido avergonzado ante el pueblo, y endechando a su favorito, se llenó de ira contra Dimitrio y Néstor, y ordenó que Néstor fuese degollado con espada y que Dimitrio fuese atravesado con lanzas. Así este glorioso héroe cristiano, Néstor, dejó atrás so joven vida terrenal en el 306 D.C., y entró al Reino de su Señor.

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Santo Gran-Mártir Dimitrio Emanador de Mirra. (Octubre 26)


Este Glorioso Santo Dimitrio y obrador de Milagros Nació en la Ciudad de Salónica de Padres devotos y de noble linaje. Dimitrio fue el único hijo de Padres estériles que rogaron a Dios por su nacimiento, y por esto fue Prudentemente Querido y Educado. Su Padre era el comandante militar de Salónica, y después de su Muerte el Emperador hizo a Demetrio comandante en su lugar. Al hacer esto, el emperador Maximiano, un oponente de Cristo, le recomendó particularmente perseguir y exterminar a los Cristianos en Salónica. Dimitrio no sólo desobedeció al Emperador, sino que abiertamente confesaba y Predicaba a Cristo el Señor en la ciudad. Oyendo esto, el Emperador se enfureció con Dimitrio, y cierta vez que volvía de una guerra contra los samartianos, fue a Salónica específicamente para investigar el asunto. El Emperador, por lo tanto, mandó a llamar a Dimitrio y le interrogó acerca de su Fe. Dimitrio Proclamó abiertamente ante el Emperador que era Cristiano, e incluso Condenó la idolatría del Emperador. El enfurecido Emperador le arrojó en prisión. Sabiendo lo que le esperaba, Dimitrio entregó sus bienes a su fiel siervo Lupo para que los diera a los Pobres, y fue llevado a la prisión, Feliz de que Sufrir Por Cristo fuese el lote de su heredad. En la prisión, un Ángel del Señor se le Apareció y le dijo: «¡Paz a ti, que sufres por Cristo; sé Valiente y Fuerte!» Después de varios días, el Emperador envió soldados a la prisión para que matasen a Dimitrio. Estos encontraron al Santo de Dios en Oración, y le atravesaron con sus lanzas. Los Cristianos tomaron Secretamente su Cuerpo y lo enterraron, y allí fluyó Mirra del mismo, mediante la cual muchos de los enfermos fueron Sanados. Una pequeña iglesia fue pronto construida sobre sus Reliquias. Un noble de Iliria, Leoncio, se enfermó con un mal incurable. Este corrió a las Reliquias de san Dimitrio en Oración, y fue sanado por completo. En gratitud, construyó una iglesia mucho más grande para reemplazar la anterior. El Santo se le apareció en dos Ocasiones. Cuando el emperador Justiniano quiso llevarse las reliquias del Santo de Salónica a Constantinopla, una chispa de fuego salió de la tumba y se oyó una voz que decía: «¡Déjalas aquí y no las toques!» Así, pues, las Reliquias de san Dimitrio han permanecido para siempre en Salónica. Santo Dimitrio ha Aparecido y salvado la ciudad de calamidades muchas veces, y sus Milagros son Innumerables.

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Saturday, October 21, 2017

San Hilarion el Grande ( 21 Octubre )

Hilarión nació en Tabatha, al sur de Gaza. Sus padres eran idólatras. El joven hizo sus estudios en Alejandría, donde conoció la fe fue bautizado a la edad de quince años. Habiendo oído hablar de San Antonio, fue a visitarle en el desierto, donde permaneció dos meses observando el modo de vida del santo ermitaño. Al cabo, disgustado por la cantidad de peregrinos que acudían a la celda de San Antonio a pedirle que curase a sus enfermos y liberase a sus posesos, volvió a su patria a servir a Dios en la soledad total. Como sus padres murieron durante su ausencia, San Hilarión dio una parte de sus bienes a sus hermanos y el resto a los pobres, sin reservar nada para sí mismo (pues tenía presente el ejemplo de Ananías y Safira, según dice San Jerónimo). Después, se retiró a diez kilómetros de Majuma, en dirección a Egipto, y se estableció en las dunas, entre la orilla del mar y un pantano. Era un joven muy delicado a quien afectaban los menores excesos de frío y de calor. A pesar de ello, vestía simplemente una camisa de pelo, una túnica de cuero que San Antonio le había regalado y un corto manto de tela ordinaria.
Durante muchos años, Hilarión no comió más que quince higos por día y nunca antes de la caída del sol. Como los monjes de Egipto, trabajaba en el tejido de cestos y en la labranza, con lo cual ganaba lo necesario para vivir. En los primeros años, habitaba en una choza de ramas que él mismo había entretejido. Más tarde, se construyó una celda, que existía todavía en tiempo de San Jerónimo: tenía un poco más de un metro de ancho, un metro y medio de alto y apenas era un poco más larga que su cuerpo.
Al comprobar que los higos eran un alimento insuficiente, San Hilarión se decidió a comer algunas verduras y un poco de pan y aceite. Sin embargo, no disminuyó sus austeridades ni con la edad. En ciertos períodos, vivía el santo en una terrible oscuridad de espíritu, con gran sequedad y angustia interior; pero cuanto más sordo parecía el cielo a sus súplicas, tanto más se aferraba Hilarión a la oración. San Jerónimo hace notar que, aunque el santo ermitaño vivió tantos años en Palestina, sólo una vez fue a visitar a los Santos Lugares y no permaneció más que un día en Jerusalén.
Veinte años después de su llegada al desierto, San Hilarión obró el primer milagro. Cierta mujer casada, de la ciudad de Eleuterópolis, consiguió que el santo le prometiese orar para que Dios la librase de la esterilidad. Menos de un año después, la mujer tuvo un hijo. Entre otros milagros, se cuenta que San Hilarión ayudó a un domador de caballos de Majuma, llamado Itálico, a ganar una carrera al emir de Gaza. Itálico, creyendo que su adversario se valía de sortilegios para impedir que sus caballos ganasen, acudió a San Hilarión en demanda de auxilio. El santo le dio un consejo que rociase de agua bendita las ruedas de sus carros. Los caballos de Itálico dejaron muy atrás a los de su adversario y el pueblo proclamó que Cristo había vencido al dios del emir. Siguiendo el ejemplo de San Hilarión, otros ermitaños empezaron a establecerse en Palestina. El santo solía ir a visitarlos poco antes de la época de la cosecha. En una de esas visitas, vio los paganos de Elusa (al sur de Barsaba) reunidos para adorar a sus idolos y oró a Dios con muchas lágrimas por ellos. Como Hilarión había curado a muchos de los paganos que ahí estaban, se acercaron a pedirle su bendición. El santo los acogió con gran bondad y los exhortó a adorar al verdadero Dios en vez de sus ídolos de piedra. Sus palabras produjeron tal efecto, que los Paganos no le dejaron partir sino hasta que proyectó la construcción de una iglesia. El propio sacerdote de los paganos, que estaba revestido para oficiar, se hizo catecúmeno.
El año 356, tuvo una revelación sobre la muerte de San Antonio. Para entonces San Hilarión tenía ya unos sesenta y cinco años y estaba muy afligido por la cantidad de personas, particularmente de mujeres, que acudían a pedirle consejo. Por otra parte, el cuidado de sus discípulos le dejaba apenas reposo, de suerte que solía decir: “Es como si hubiese vuelto al mundo y hubiese recibido mi premio en él. Toda Palestina tiene los ojos fijos en mí. Como si eso no bastase, poseo además una finca y algunos bienes, so pretexto de que mis discípulos tienen necesidad de ellos.” Así pues, San Hilarión decidió partir de Palestina. Todo el pueblo se reunió para impedírselo. El santo dijo a la multitud que no comería ni bebería hasta que le dejasen partir y así lo hizo durante siete días. Entonces le dejaron libre y escogió a algunos monjes capaces de caminar sin probar bocado hasta el atardecer y cruzó con ellos Egipto hasta llegar a la montaña de San Antonio, cerca del Mar Rojo. Ahí encontraron a dos discípulos del gran eremita, y San Hilarión recorrió con ellos el sitio palmo a palmo. Los discípulos de San Antonio le decían: “Ahí solía cantar. Ahí solía orar. Ese era el lugar en que trabajaba y aquél el sitio a donde se retiraba a descansar. El plantó esas viñas y estos arbustos. El labró personalmente aquella parcela. El excavó este estanque para regar su huerto. Ese es el azadón que usó durante muchos años.” En la cumbre de la montaña, a la que se subía por una vereda abrupta y serpenteante, visitaron las dos celdas a las que solía retirarse para huir del pueblo y de sus propios discípulos; ahí mismo se hallaba el huerto que por el poder del santo habían respetado los caballos salvajes. Sari Hilarión pidió entonces a los discípulos de San Antonio que le mostrasen el sitio en que estaba sepultado, pero no sabemos con certeza si se lo mostraron o no, pues San Antonio les había ordenado que no indicasen a nadie dónde estaba su sepultura para evitar que un personaje muy rico de los alrededores se llevase sus restos y construyese una iglesia para ellos.
San Hilarión volvió a Afroditópolis (Atfiah), donde se retiró a un desierto de los alrededores y se consagró con más fervor que nunca a la abstinencia y el silencio. Desde hacía tres años, es decir, desde la muerte de San Antonio, no había llovido en la región. El pueblo acudió a implorar las oraciones de San Hilarión, a quien consideraba como el sucesor de San Antonio. El santo levantó los ojos y las manos al cielo, e inmediatamente se desató una lluvia copiosa. Muchos labradores y pastores se curaron de las mordeduras de las serpientes al ungirse con el aceite bendecido por San Hilarión. Este, viendo que su popularidad comenzaba nuevamente a crecer, pasó un año entero en un oasis al occidente del desierto; finalmente, como no lograse vivir oculto en Egipto, decidió partir con un compañero a Sicilia. Desembarcaron en Pessaro y se establecieron en un sitio poco frecuentado, a treinta kilómetros del mar. San Hilarión recogía diariamente una carga de leña y su compañero, Zananas, la vendía en la aldea más próxima y con el dinero, compraba un poco de pan. San Hesiquio, discípulo de San Hilarión, buscó a su maestro por el oriente y por Grecia. En el Peloponeso un comerciante judío le dijo que había llegado a Sicilia un profeta que obraba muchos milagros. San Hesiquio se dirigió entonces a Pessaro. Todo el mundo conocía ahí al profeta, quien era famoso no sólo por sus milagros sino también por su desinterés, ya que jamás aceptaba ningún regalo.
San Hilarión dijo a San Hesiquio que quería retirarse a un sitio en el que las gentes no entendiesen su lengua y éste le condujo entonces a Epidauro, en la Dalmacia (Ragusa). Pero los milagros que obraba San Hilarión no le permitieron vivir ignorado.
San Jerónimo cuenta que a consecuencia de un terremoto, el mar amenazaba con tragarse la tierra. Entonces los habitantes, muy alarmados, condujeron a San Hilarión a la playa, como si con su sola presencia quisiesen levantar una muralla contra los embates del mar. El santo trazó tres cruces sobre la arena y tendió los brazos hacia las olas enfurecidas que inmediatamente se detuvieron de golpe y se atropellaron hasta formar una montaña de agua para retirarse después mar adentro. San Hilarión sufría mucho al ver que, aunque no entendía la lengua de los habitantes, sus milagros hablaban por él. Sin saber dónde ocultarse de las miradas del mundo, huyó una noche a Chipre, en una pequeña nave, y se estableció a tres kilómetros de Pafos. Como los habitantes le identificasen al poco tiempo, el santo se retiró veinte kilómetros tierra adentro, a un sitio casi inaccesible y muy agradable donde, por fin, pudo vivir en paz. Ahí murió algunos años más tarde, a los ochenta de edad. Uno de los que le visitaron en su última enfermedad fue el obispo de Salamis, San Epifanio, quien más tarde narró por escrito su vida a San Jerónimo. San Hilarión fue sepultado en las cercanías de Pafos, pero San Hesiquio se apoderó secretamente de los restos de su maestro y los trasladó a su ciudad natal de Majuma. 

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Monday, October 16, 2017

San Andrés Loco Por Cristo. (Octubre 2)


En Constantinopla en tiempos de León el Grande (886-912) trabajaba como guardaespaldas el llamado Feognost, hombre rico. Entre los esclavos de Feognost estaba Andrés, de origen eslavo, con costumbres humildes y benévolas. Feognost admiraba a Andrés y fue el que lo educó. Andrés concurría a menudo al templo de Dios, detenidamente estudiaba las Sagradas Escrituras y gustaba de leer vidas de Santos. Poco a poco fue creciendo en él el deseo de ofrecer su vida a Dios, y por expreso mandato superior Andrés tomó la decisión difícil y poco común de ser necio por Cristo, pasando a mostrarse como falto de inteligencia.

Como falto de inteligencia, a San Andrés lo ubicaron en el templo de Santa Anastasía y allí lo cuidaban. Habiéndosele Aparecido la Santa Mártir Anastasía en sueños lo afianzó en su hazaña, y Andrés comenzó a ser Necio (Loco) Por Cristo, pero a tal punto que lo reconocieron como mentalmente incurable y lo echaron del territorio del templo. Luego de esto San Andrés vagaba por las calles de la ciudad sucio, semidesnudo y hambriento. La mayoría de la gente lo trataba de esquivar, algunos se propasaban con él y lo golpeaban. Hasta los indigentes, a quién san Andrés les daba sus ultimas monedas lo aborrecían. Pero san Andrés con Paciencia soportaba sus penurias y rezaba por los que lo ofendían.

En resumen no siempre Andrés se presentaba como falto de razón.: en coloquios con su Padre espiritual; o con su alumno un rico joven Epifanio con quien Andrés se quitaba la máscara de la neciedad, y entonces se exteriorizaba su profunda sabiduría e inconmensurable belleza espiritual. Por su profunda sumisión y pureza de Corazón San Andrés recibió de Dios el don de los milagros y perspicacia. Epifanio aprendió mucho y muy útil de su necio Maestro Santo y de él oyó la predicción que a su tiempo llegará a Obispo y a ser famoso predicador. Y así sucedió.

Cierta vez San Andrés, como el Gran Apóstol Pablo, fue llevado al tercer cielo y oyó allí Palabras no Dichas, que los hombres no pueden oír. Allí tuvo la dicha de ver a Nuestro Señor Jesucristo, Ángeles y muchos Santos de Dios, sin embargo San Andrés se Extrañaba de no haber visto a la Virgen María. Comenzó a preguntar donde está Ella, y le contestaron, que Ella bajó al Mundo de muchas penas, para ayudar a los hombres y consolar a los afligidos.

Después de un tiempo Andrés, estando en el templo Blajeru en Constantinopla, tuvo el beneplácito de ver a Virgen María. Esta magnífica visión se recuerda durante la ceremonia del Manto Protector de la Santísima Virgen María. Cuando san Andrés rezaba con Epifanio en el templo, de pronto pareció abrirse el centro del templo y San Andrés vio la Santa Virgen, rodeada de Ángeles y Santos. Ella rezaba y extendía sobre los piadosos del templo su omofór (Manto) ¿Ves a la reina de todos? — preguntó Andrés a su hermano, como si no creyera a sus ojos. "Veo, Padre Santo, y me estremezco" — contestó Epifanio.

San Andrés falleció a los 66 años de su vida, en el 936. Su vida la describió Nikifor.—presbítero del templo de Santa Sofía, Padre Espiritual de San Andrés y su alumno Epifanio.

KONDAKIO: Hacia la neciedad te volviste voluntariamente, las bellezas de este mundo rechazaste, inteligentemente tu físico menospreciaste, con penitencia, sediento y con calor abrasador o congelado por la lluvia y la nieve, y de otras penurias aéreas nunca te ocultaste, te purificaste como el oro en el crisol, bienaventurado Andrés.

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Thursday, October 12, 2017

San Martín de Tours ( 12 de octubre )


 
Nacido en el 316 d. C. en Panonia, en el pueblo de Sabaria, era hijo de padres paganos. Su padre era un oficial romano, y el joven Martín fue por lo tanto ingresado en el ejército en contra de su voluntad. Él ya era, empero, un catecúmeno de la Iglesia cristiana, la cual él amaba con todo su corazón desde su niñez. Viajando un invierno al pueblo de Amiens junto a sus compañeros, vio a un mendigo casi desnudo y congelándose del frío frente a las puertas de la ciudad. Martín se afligió, y separándose de sus compañeros, se quitó su capa de soldado y la corto en dos con su sable. Entonces dio una mitad al mendigo, se cubrió con la otra, y siguió su camino. Esa misma noche, el Señor Jesús se le apareció en un sueño, vestido con la otra mitad de su capa, y dijo a sus ángeles: «¡Martín es sólo un catecúmeno, y he aquí que me cubre con su vestidura!» Dejando el ejército de inmediato, fue bautizado y bautizó a su madre. Después de esto, se hizo monje en la diócesis de san Hilario de Poitiers, y pasó su vida en verdadero ascetismo. Tenía una inusual mansedumbre, y por esto Dios le dio abundantes dones de obrar milagros, tantos que incluso podía levantar a los muertos y echar espíritus malignos. Fue hecho Obispo de Tours en contra de su voluntad. Después de abundantes trabajos en la viña del Señor, y de una fuerte lucha contra los paganos y los herejes arrianos, san Martín entregó su santa alma en las manos del Señor en el 397.

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Saturday, October 7, 2017

Santas Mártires Menodora, Metrodora y Nimfodora. (Septiembre 10)


Estas tres Santas, eran hermanas, oriundas de Bithynia. El brillo, la belleza de sus almas y del cuerpo era la característica de estas Santas. Los cuidados y los hábitos del mundo no les preocupaban, sus únicos cuidados eran como dice la 1º Epis. A Timoteo 2:9 “En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas ni vestidos costosos”. Por el amor de Cristo salieron de su patria y de sus cómodas casas y se fueron a vivir a una colina, cerca de una fuente termal, donde tuvieron una vida ascética cultivando aun más sus serenos espíritus. Por esto las Santas fueron bendecidas por Dios con el don de curar las enfermedades, socorriendo a la gente necesitada. Al enterarse el gobernador Frontón de las actividades de estas tres hermanas cristianas mando a arrestarlas. Estando en su presencia y observándolas que eran tres buenas Mujeres muy tranquilas, respetuosas, sin miedo para hacerle frente el monarca el temió y mando a torturarlas. Con mucho valor soportaron los Martirios y entregaron sus espíritus en el año 290. El gobernador quiso quemar los cuerpos de las mártires pero una lluvia torrencial lo apago, los cuerpos de las Santas Mártires fueron retirados por cristianos respetuosos y sepultados con mucho Respeto. 

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Wednesday, October 4, 2017

San Tomás el Apóstol ( Oct 6 )


Era uno de los doce discípulos del Señor perteneciente a una familia de pescadores. Luego de la resurrección de Cristo, y en su primera aparición a los discípulos Tomas no estuvo presente y desconfiaba de que fuera verdad esta aparición; en él Evangelio de San Juan dice: “Tomás, al que apodaban el Gemelo, y que era uno de los doce, no estaba con los discípulos cuando llegó Jesús. Así que los otros discípulos le dijeron: --¡Hemos visto al Señor! --Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré --repuso Tomás. Una semana más tarde estaban los discípulos de nuevo en la casa, y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. --¡La paz sea con ustedes! Luego le dijo a Tomás: --Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y ponla en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe. -¡Señor mío y Dios mío! --exclamó Tomás. --Porque me has visto, has creído --le dijo Jesús--; dichosos los que no han visto y sin embargo creen”(Juan 20:24-29). La tradición nos dice que él Santo luego de la iluminación del Espíritu Santo fue a Persia Midia e India, a enseñar el Evangelio, en esta ultima zona fue martirizado y acecinado con unas lanzas. 

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