Saturday, October 15, 2016

El orgullo impide al alma tener fe. ( San Siluan el Athonita )

Un alma orgullosa, aunque hubiera estudiado todos los libros, nunca conocerá a Dios, porque el orgullo no da lugar a la gracia del Espíritu Santo por la cual se conoce al Señor. El orgullo impide al alma tener fe. Tengo un consejo para un incrédulo, que diga: "Señor, si Tú existes, ilumíname y yo te serviré con toda mi alma y corazón." Y por tal humilde pensamiento y la voluntad de servir a Dios, el Señor, sin falta, lo iluminara.

San Siluan el Athonita


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Salmo 135


Salmo 135

1. Confiesen al Señor, porque es bueno,

pues eterna es Su misericordia.

Confiesen al Dios de los dioses,

pues eterna es Su misericordia.

Confiesen al Señor de los señores,

pues eterna es Su misericordia.

A Quien solo hace grandes maravillas,

pues eterna es Su misericordia.

5. Al que hizo los cielos con entendimiento,

pues eterna es Su misericordia.

Al que afianzó la tierra sobre las aguas,

pues eterna es Su misericordia.

A Quien solo hizo grandes lumbreras,

pues eterna es Su misericordia.

El sol para regir el día,

pues eterna es Su misericordia.

La luna y las estrellas para regir la noche,

pues eterna es Su misericordia.

10. Al que golpeó a Egipto con sus primogénitos,

pues eterna es Su misericordia.

Y sacó a Israel de en medio de ellos,

pues eterna es Su misericordia.

Con mano poderosa y brazo excelso,

pues eterna es Su misericordia.

Al que dividió en partes la Mar Roja,

pues eterna es Su misericordia.

Y por en medio de ella condujo a Israel,

pues eterna es Su misericordia.

15. Y en la Mar Roja despeñó a Faraón y su ejército,

pues eterna es Su misericordia.

Al que condujo a Su pueblo en el desierto,

pues eterna es Su misericordia.

Al que golpeó a grandes reyes,

pues eterna es Su misericordia.

Y mató reyes poderosos,

pues eterna es Su misericordia.

A Sejón, rey de los amorreos,

pues eterna es Su misericordia.

20. Y a Og, rey de Basán,

pues eterna es Su misericordia.

Y dio Su tierra en heredad,

pues eterna es Su misericordia.

En heredad a Su siervo Israel,

pues eterna es Su misericordia.

El Señor Se acordó de nosotros en nuestra humillación,

pues eterna es Su misericordia.

Y nos redimió de mano de nuestros enemigos,

pues eterna es Su misericordia.

25. El que da de comer a toda carne,

pues eterna es Su misericordia.

Confiesen al Dios del cielo,

pues eterna es Su misericordia.

Catecismo Ortodoxo

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