Saturday, January 23, 2016

La Gran Doxologia



Gloria a ti,, que nos muestras la luz.

Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz, a los hombres que ama el Señor.

Por Tu inmensa gloria Te alabamos, Te bendecimos, Te adoramos, Te glorificamos,

Te damos gracias,

Señor Dios, Rey Celestial, Dios Todopoderoso; Señor Hijo Único Jesucristo,

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, Tú que quitas el pecado del mundo,

ten piedad de nosotros, Tú que quitas los pecados del mundo,

atiende nuestra súplica. Tú que estás sentado a la derecha del Padre, Ten piedad de nosotros.

Pues sólo Tú eres santo, solo Tú Señor, solo Tú, Altísimo Jesucristo, en la gloria de

+Dios Padre. Amén.

Cada día te bendeciré y alabaré Tu Nombre por la eternidad, y por los siglos de los siglos.

Concédenos, Señor, este día guardarnos sin pecado.

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros Padres, Tu Nombre es alabado y glorificado por los siglos. Amén.




* Este gran himno de alabanza usualmente se canta antes de empezar la Divina Liturgia.

Venga sobre nosotros Tu misericordia, Señor, como sobre Ti descansa nuestra esperanza.

+Bendito eres Señor, enséñame Tus mandamientos.

+Bendito eres Señor, instrúyeme con Tus mandamientos.

+Bendito eres Señor, ilumíname con Tus mandamientos.

Señor, Tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Yo dije: Señor, Ten piedad de mí; cura mi alma, porque pequé contra Ti

Señor, me acerqué a Ti, enséñame a hacer Tu voluntad, porque Tú eres mi Dios. 

Catecismo Ortodoxo 

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Oración de San Juan Crisóstomo.


Esta es una regla simple y fácil, al inicio mas necesita de memorización (quizá la ayuda de una pequeña nota donde llevemos apuntado las frases) y cierta disponibilidad de tiempo. San Juan Crisóstomo, autor del compedio de la Divina Liturgia hoy practicada por la Iglesia ortodoxa en todo el mundo, dejó un conjunto de pequeñas oraciones para ser rezadas a cada hora del día y de la noche. Esta regla consiste en rezar un cordón por hora (33 para laicos, 100 para clero), con la oración correspondiente.Está claro que el orante no precisa estar despierto las veinticuatro horas del día, pero puede mantener las oraciones durante el día en los periodos en que esté despierto y, en las horas en que el sueño no se presenta, seguir con las oraciones hora a hora. Basta recitar a cada hora un cordón completo diciendo en lugar de la oración "Señor Jesús ten piedad de mi, que soy un pecador", la oración correspondiente, tal como sigue:

1. Oh Señor, no me prives de Tu Bendición Celestial.

2. Oh Señor, líbrame del tormento eterno.

3. Oh Señor, si yo pequé por pensamientos, palabras o acciones, perdóname.

4. Oh Señor, líbrame de toda ignorancia, de la mezquindad del alma y de la dureza del corazón.

5. Oh Señor, líbrame de toda tentación.

6. Oh Señor, ilumina mi corazón oscurecido por los deseos del maligno.

7. Oh Señor, siendo yo un ser humano, soy pecador. Siendo el Señor Dios, perdóname en Tu Amor, pues Vos sabéis que mi alma es débil.

8. Oh Señor, envía tu Gracia en mi auxilio, para que yo pueda glorificar Tu Santo Nombre.

9. Oh Señor Jesucristo, inscribe a Tu siervo en el Libro de la Vida y concédeme un fin bendecido.

10. Oh Señor mi Dios, aunque no haya hecho el bien para Ti, sin embargo concédeme, de acuerdo con Tu Gracia, que pueda comenzar a hacerlo.

11. Oh Señor, rocía mi corazón con Tu Gracia.

12. Oh Señor del Cielo y de la tierra, acuérdate de mi, Tu siervo pecador, impuro y frío de corazón, en Tu Reino.

13. Oh Señor, acepta mi arrepentimiento.

14. Oh Señor, no me abandones.

15. Oh Señor, sálvame de la tentación.

16. Oh Señor, concédeme pensamientos puros.

17. Oh Señor, concédeme las lágrimas del arrepentimiento, el recuerdo de la muerte y el sentido de la paz.

18. Oh Señor, concédeme la humildad, la caridad y la obediencia.

19. Oh Señor, concédeme la confesión de los pecados.

20. Oh Señor, concédeme la tolerancia, la magnanimidad y la dulzura.

21. Oh Señor, sitúa en mí la fuente de todas las bendiciones: el temor de Ti en mi corazón.

22. Oh Señor, concede que pueda amarte con todo mi corazón y toda mi alma, y que pueda obedecer siempre tu voluntad.

23. Oh Señor, defiéndeme de las personas y también de los demonios, de las pasiones de todos los errores.

24. Oh Señor, que Creó al todo y que sobre el todo ejerces Tu Voluntad, haz que Tu Voluntad también me tome, yo pecador, por Tu Eterna Bendición. Amén.
 

Catecismo Ortodoxo 

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