Saturday, November 28, 2015

Cuando inesperadamente caigas en pecado, no te desesperes, no te encierres en ti mismo, no digas: “¿Como pude permitir que esto sucediera?” ( San Nicodemo Hagiorita )



Cuando inesperadamente caigas en pecado, no te desesperes, no te encierres en ti mismo, no digas: “¿Como pude permitir que esto sucediera?” Esa es la voz del egoísta orgulloso. Por el contrario, humíllate y poniendo tu atención espiritual en el Señor, di: “¿Qué mas puede esperarse de mi, oh Señor, siendo una persona tan débil e inmoral? e inmediatamente dale gracias, de que el pecado se detuvo allí, y confiesa: “Si no fuera por tu inagotable bondad, oh Señor, no me hubiera detenido en esto, sino definitivamente hubiera caído en algo peor.”

San Nicodemo Hagiorita

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La vida del San Siluan el Athonita


El sjimonje padre Siluan (el nombre y apellido — Simón Ivanovich Antonov). Nació en el año 1866 en una aldea de la provincia de Tambov, Rusia). Llegó al monte Athos en 1892, fue tonsurado monje en 1896 y tomo la sjima en el año 1911. (Los votos de la sjima son más severos y al monje se le cambia el nombre y los hábitos). Cumplía la obediencia en el molino del monasterio de Viejo Rusik, en economía. Falleció el 24 de septiembre de 1938. Esos pocos datos se tomaron del monasterio de Athos.

Desde que “nació” hasta que “falleció” podemos contar muy poco, pues es el tema de la vida interior de un monje ante Dios — algo indiscreto y atrevido. Hablar sobre “la profundidad del corazón” de un cristiano es un sacrilegio, pero creemos que ahora el starez ya no teme a nada. Nada va a perturbar su descanso eterno en Dios. Por eso nos permitimos relatar su extraordinariamente rica vida y también teniendo en cuenta a aquellos pocos que son atraídos por esta vida divina.

Muchos, que están en contacto con los monjes en general y con el starez Siluan en particular, no encuentran nada especial y se quedan con el deseo incumplido y hasta desilusionados. Esto pasa porque se acercan al monje con demandas y búsquedas erróneas. El monje constantemente está en un estado de lucha, muchas veces muy intensa, pero el monje ortodoxo no es un faquir. A el no le interesa un logro con ejercicios especiales, con un particular desarrollo de las fuerzas psíquicas, lo que atrae a muchos ignorantes buscadores de la vida mística. Toda su vida el monje realiza una lucha fuerte. Algunos de ellos, como el padre Siluan, llevan una lucha titánica con el mundo invisible para matar en su corazón al animal orgulloso para hacerse un verdadero hombre dócil y humilde según la imagen del Hombre-Cristo. Para el mundo es extraña e incomprensible la vida cristiana. Una paradoja. Todo parece que es contrario al orden en el mundo y no hay posibilidad de explicarlo con palabras. El único camino para comprender — es cumplir la voluntad de Dios, lo que significa cumplir todos los mandamientos y enseñanzas de Jesucristo.


San Siluan el Athonita


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