Wednesday, August 5, 2015

La vida eclesiástica Ortodoxa


Lo externo. Sería inútil hablar de una particular admisión de los Ortodoxos a lo externo, a la ceremonia. La ceremonia es la parte imprescindible de la veneración de Dios. ¿Cómo puede ser la veneración a Dios sin veneración externa?

El servicio religioso de la iglesia ortodoxa se caracteriza por su espiritualidad, plenitud, el espíritu conciliar, y al mismo tiempo, una diversidad de expresión externa.

"¿No sabéis que vuestros cuerpos son el templo del espíritu, que vive en vosotros?" pregunta el Apóstol. El cuerpo no esta designado solo para satisfacer sus necesidades corporales: es el instrumento del alma y debe ser traído a la glorificación de Dios junto con el alma. Como modelo que expresa al Espíritu de la ceremonia ortodoxa, es el Icono Cristiano oriental. En el, lo corporal esta representado con rasgos tan finos y condicionales que pasa al segundo plano, ante la expresión de la espiritualidad de los rostros. Con esto la ceremonia en Ortodoxia esta plena y valiente, no ata miedosamente a los movimientos, no apaga el estado espiritual, es multifacetica y natural. La vemos así en el levantamiento de los brazos de los oficiantes en la señal de la cruz y la bendición, en genuflexiones profundas y beso de los objetos sagrados.

La parte ceremonial externa del servicio religioso se formó paulatinamente, históricamente. Pero es digno de atención como en ella se refleja la imagen de la Iglesia Celestial, dada en la Revelación de Juan el Teólogo. Como si la liturgia terrenal se organizaba especialmente según ese modelo.

Este pensamiento aparece cuando leemos en la Revelación: sobre las siete lámparas de oro, los 24 ancianos con vestiduras blancas, de las coronas de oro sobre sus cabezas, las cuales, ellos al inclinarse, depositan ante el altar Divino; los cálices de oro, llenos de incienso y de humo de incienso que se eleva con las oraciones de los Santos; los 7 Ángeles que cantan el cántico de Moisés con vestiduras claras de lino, y ceñidos los pechos con cinturones de oro; el templo lleno de humo de la Gloria Divina; el sello — signo de la cruz en las frentes de miles de siervos de Dios marcados.



El monasterio — es el educador de Ortodoxia. En los antiguos monasterios de oriente: Egipto, Palestina, Siria, Constantinopla, se formo todo el orden de la vida espiritual ortodoxa. En el monte Athos y en los monasterios rusos se paso al suelo eslávo. El "Tipicon" o la Regla litúrgica constituye, en realidad, no solo la regla de servicios religiosos, sino la regla de la vida monástica. Pone los signos de igual entre los conceptos: servicios en la iglesia — vida en Dios — vida monástica. Por eso, a primer golpe de vista, Ortodoxia se distingue por la severidad y la seriedad de las exigencias.

Tomemos, aunque sea, los ayunos canónicos. Ortodoxia induce al cristiano de ser implacable con sus vicios, con sus malas inclinaciones, naturales o adquiridas, llama a la proeza de penitencia, tal que sacuda a todo su ser y le hace sentir toda la profundidad de su caída. "Con pecados bajos ensucie a mi alma y en la pereza viví a toda mi vida." El clamor del alma "ten piedad de mi" tiene que salir de todo su ser, que con todo su ser se entienda donde esta el ancla de su salvación, toda su esperanza en el inexpresable amor y misericordia Divina. Si en Ortodoxia es profunda la congoja por los pecados, la alegría en Señor, es mas fuerte, ya que toda nuestra debilidad no es capaz de vencer a la fuerza Divina y el amor de Dios. De ahí que en Ortodoxia, el estado alegre y gozoso, domina, triunfa, y vence a toda congoja.

El mismo comienzo de la penitencia, lleva en si, un grano de alegría. "El tiempo alegre comenzaremos la penitencia," se canta el principio del ayuno. Y la alegría llega a su punto culminante en la noche de Pascua y durante toda la festividad de Pascua, la Resurección de Cristo. Y como el festejo de Resurrección de Cristo, se extiende sobre todos los domingos del año, en el templo reina un tono triunfal y del templo el cristiano se lleva a la vida un sentimiento animoso.

Así se crea amplitud, plenitud y orden alto de la vida eclesiástica Ortodoxa.

La importancia de los cánones.


Es suficiente no mantener firme al timón, cambiar levemente el rumbo — y sigue, indefectiblemente una desviación de la meta, primero imperceptible y, con el tiempo, cada vez mayor. Por eso, valorando lo correcto, hay que verificar a si mismo. Los maestros artesanos tienen métodos con los cuales corrigen a los objetos que pierden la forma debida. Estas "reglas," también las tiene la Iglesia. En griego se llaman "Cánones" (canon es modelo, regla; el termino que usa el Ap. Pablo en las Epístolas: Gal. 6:16; Felip. 3:16). La organización de la Iglesia, sus leyes, se definen por las reglas de los Santos Apóstoles, Santos Padres, Concilios eclesiásticos o Cánones de la Iglesia. El cristiano en su vida espiritual personal se guía y se corrige con la regla de la oración: de la mañana, la noche, regla para la Santa Comunión y otros. La finalidad de esta regla no es solo para mantener al hombre en la disciplina e la oración e incitar su aplicación a la oración: tiene una amplia importancia. El contenido de los modelos de las oraciones de las reglas de los Santos Padres hacen recta la conciencia moral del hombre y su visión de si mismo e indican qué y cómo pedir al Señor, como creer, como cumplir la penitencia y como educarse espiritualmente.

De misma manera son necesarias las normas — reglas para la creación artística eclesiástica. Esta debe ser mantenida en la vía correcta de la tradición de la Iglesia. Así es. No en vano, una serie de cánticos se llamo "Canon," estos grupos de cánticos eclesiásticos son conocidos, justamente, por su riqueza de pensamientos y expresiones, formas artísticas, a pesar del cumplimiento estricto de las reglas de su composición. Así mismo, la iconografía y arquitectura ortodoxas, poseen sus cánones según cuya exactitud se definen su valor eclesiástico-histórico.