Friday, July 17, 2015

Los Ocho Pensamientos Viciosos ( San Casiano el Romano )


Luego de haber hecho un primer discurso concerniente a la ordenación de los cenobitas, nuevamente nos llenamos de coraje, debido a vuestras oraciones y nos disponemos a escribir a propósito de los ocho pensamientos viciosos, es decir, los pensamientos de gula, fornicación, amor al dinero, ira, tristeza, pereza, vanagloria y soberbia.

San Casiano el Romano

La Vanagloria ( San Casiano el Romano )


Nuestra séptima lucha es contra el espíritu de la vanagloria. Ésta es una pasión multiforme, muy sutil, y no la reconoce ni siquiera aquel que por ella ha sido tentado. En efecto, los asaltos de las otras pasiones son mucho más manifiestos, por lo que la lucha contra ellos es más fácil pues el alma reconoce al adversario y lo rechaza enseguida mediante la resistencia y la oración. Pero la malicia de la vanagloria, justamente por ser multiforme es difícil de ser distinguida. En cualquier ocupación, usando la voz y la palabra o aun callando, en el trabajo o en la vigilia, en los ayunos o en la oración, en la lectura, en la hesichía, en la paciencia; en todo esto trata de abatir con sus flechas al soldado de Cristo. A quien la vanagloria no logra seducir con el lujo de los vestidos, trata de tentarlo por medio de una prenda vil. Y al que no puede agrandar con honores, lo induce a la tontería, haciéndole soportar cualquier cosa que parezca un deshonor. Al que no puede ser persuadido a vanagloriarse con la sabiduría de los discursos, lo atrapa con el lazo de la hesichía, como si se hubiera dedicado al recogimiento. Al que no puede convencer con la suntuosidad de los alimentos, lo debilita con el ayuno para que obtenga alabanzas.

En una palabra, cualquier trabajo, cualquier ocupación brinda a este pésimo demonio una ocasión para promover batalla. ¡Y además de esto, sugiere también fantasías de ordenaciones clericales! Recuerdo a un cierto anciano, cuando vivía en Escete, quien al dirigirse a visitar a un hermano en su celda, acercándose a su puerta, sintió que éste estaba hablando. El anciano, pensando que estaba meditando las Sagradas Escrituras, se detuvo a escuchar. Y oyó que aquel, tornándose insensato por la vanagloria, ¡se imaginaba haber sido ordenado diácono, y que estaba despidiendo a los catecúmenos! Oyendo esto, el anciano empujó la puerta y entró. El hermano se adelantó y se arrodilló según la usanza, tratando de saber si el anciano había estado un buen tiempo detrás de la puerta. Pero el anciano le contestó sonriendo: Llegué cuanto tú estabas despidiendo a los catecúmenos." Ante estas palabras, el hermano cayó a los pies del anciano, suplicándole que rogara por él, a fin de ser liberado de este engaño.

He recordado este hecho para demostrar a qué grado de insensatez este demonio conduce al hombre. El que quiera combatirlo con perfección, y llevar firmemente la corona de la justicia, usará de todo su celo para vencer a este demonio polimorfo. Y que tenga siempre bien presente lo dicho por David: El Señor ha dispersado los huesos de aquellos que gustan a los hombres (Sal 52:5). Y que no haga nada mirando a su alrededor, con el fin de obtener las alabanzas de los hombres. Que busque solamente la merced que viene de Dios; que siempre rechace aquellos pensamientos de autoelogio que provienen de su corazón, que se anule frente a Dios, y podrá así, con su ayuda, liberarse del espíritu de la vanagloria.

San Casiano el Romano

Padre nuestro! ( San Juan Casiano )


Nos dirigimos a Dios con las palabras: "Padre nuestro!" Y con esto lo confesamos a Él — Señor del universo — como nuestro Padre, porque Él, liberándonos de la esclavitud de las pasiones, nos prohijó para si. 


Diciendo mas adelante: "Que estás en el Cielo," — expresamos nuestra disposición de alejar de nosotros cualquier apego a esta temporal vida terrenal, que largamente nos aleja de lo celestial, y en adelante con empeño tender hacia allí, donde habita nuestro Padre. 

Una predisposición así nos obliga a no desear ya mas nada que no se corresponda con la elevada denominación de hijos de Dios y lo que puede privarnos de la paternal herencia y someternos al severo juicio de Dios

San Juan Casiano

Servicio de las Horas


Hora 1

Venid inclinémonos al Rey nuestro Dios. Venid inclinémonos y postrémonos ante Cristo, Rey y nuestro Dios. Venid inclinémonos y postrémonos ante Cristo mismo, El es nuestro Rey y Dios.

Salmo 5

Presta oídos, Señor, a mis palabras: escucha mis clamores. Atiende a la voz de mis súplicas, Oh mi Rey y Dios mío. Porque a Ti enderezaré mi oración de mañana, Oh Señor, oirás mi voz. Al amanecer me pondré en Tu presencia, y Te contemplará. Porque no eres Tú un Dios que ame la iniquidad. Ni morirá junto a Ti el maligno, ni los injustos podrán pertenecer delante de tus ojos. Tú aborreces a todos los que obran la iniquidad, Tú perderás a todos aquellos que hablan mentiras. Al hombre sanguinario y fraudulento, el Señor le abominará. Pero yo confiado en la multitud de tus misericordias, entraré en Tu casa y en Tu temor, doblaré mis rodillas ante Tu santo templo. Guíame, Oh Señor, en Tu justicia endereza tus ojos mi camino, por causa de mis enemigos. Porque en su boca no hay rectitud, su corazón está lleno de vanidades y perfidia su garganta es un sepulcro abierto, con sus lenguas se lisonjearán. Júzgalos, Oh Dios mío. Frústrense sus designios, arrójalos fuera, lejos de Tu presencia como lo merecen sus muchas impiedades, puesto que, Oh Señor, Te han irritado. Y han de alegrarse todos aquellos que en Ti confían, se regocijarán eternamente, y Tú morirás en ellos. Y en Ti se gloriarán todos los que aman Tu Nombre. Porque Tú bendecirás al justo, Señor con Tu benevolencia, como un escudo nos has coronado.

Salmo 89

Señor, Tú has sido refugio de generación en generación. Tú, Oh Dios eres de antes que nacieran los montes y se formara la tierra y el universo, y desde el siglo hasta los siglos. No reduzcas el hombre al abatimiento, pues dijiste: Convertíos Oh Hijos de los hombres. Porque mil años delante de tus ojos, son como el día de ayer que pasó y como una de las vigilias de la noche. Una nada son todos los años que vive. Dura un día como el heno, florece por la mañana y se pasa por la tarde inclina la cabeza, se deshoja y se seca. Al ardor de Tu ira hemos desfallecido y con Tu furor quedamos conturbados. Has colocado nuestras iniquidades delante de tus ojos, y nuestros terros alrededor de Tu rostro. Por eso nuestros días se han desvanecido, y nosotros venimos a fallecer por Tu enojo. Como una tela de araña serán sepultados nuestros años. Sesenta años son los días de nuestra vida. Cuando más ochenta años en los muy robustos, lo que pasa de aquí achaques y dolencias, según esto seremos arrebatados, ¿quién conoce la grandeza de Tu ira?, y Tu indignación según debes ser tímido. Danos a conocer Tu diestra, y concédenos un corazón instruido en sabiduría. Vuélvete, oh Señor, hasta cuándo y aplácate con tus siervos. Sácianos pronto, oh Señor de Tu misericordia y nos regocijaremos y recrearemos todos los días de nuestras vidas. Alégranos, confórtame a los días que nos humillaste, por los años que sufrimos miseria. Vuelva los ojos hacia tus siervos a estas tus obras y dirige Tú a sus hijos. Y resplandezca sobre nosotros la luz, Señor Dios nuestro, y endereza en nosotros las obras de nuestras manos, y da buen éxito a nuestras obras.

Salmo 100

Cantaré, Señor las alabanzas de Tu misericordia y de Tu justicia. Estudiaré el camino de la perfección cuando vengas a mí. He vivido con inocencia de corazón en medio de mí casa. No pondré delante de mis ojos cosa injusta, he aborrecido a los transgresores de la ley. Conmigo no han tenido cabida hombre de corazón depravado, no he querido conocer al que con su proceder maligno se desviaba de mí. Al que calumniaba secretamente a su prójimo, a este le ha perseguido, no admitía en mi mesa a hombres de ojos altaneros y de corazón insaciable. Dirigir mi vista en busca de los hombres fieles al país, para que habiten conmigo. El que anduviere en el camino de la perfección, este me servirá. No morará en mi casa el que obra con soberbia, ni hallará gracias en mis ojos que habla mentiras. Por la mañana extermino a todos los pecadores de¡ mundo, para extirpar de la ciudad de¡ Señor a todos los facinerosos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Aleluya, Aleluya, Aleluya gloria a Ti oh Dios (Tres veces).

Señor ten piedad (Tres veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Tropario dell día dell Santo.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos, Amén.

¿Cómo Te llamaremos oh llena de gracia? Cielo, porque hiciste resplandecer el sol de justicia, Paraíso porque hiciste brotar para nosotros la flor inmarcesible, Virgen, pues permanecíste incorrupta. Madre purísima, pues en tus brazos llevaste un Hijo que es el Dios de todos. Intercede ante El por la salvación de nuestras almas.

Sac.: De mañana oíras mi voz, oh mi Rey y Dios mío.

Coro: De mañana oirás...

Sac.: Presta oídos Señor, a mis palabras; escucha mis clamores.

Coro: De mañana oirás...

Sac.: Porque a Ti enderezaré mi oración.

Coro: De mañana oirás...

Sac.: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Lec.: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Como Te llamaremos oh llena de gracia...

E ínmediatamente se canta

Endereza mis pasos según la norma de Tus palabras y haz que no reine en mi injusticia ninguna (dos veces).

Líbrame de las calumnias de los hombres para que yo cumpla Tus mandamientos (dos veces).

Haz brillar sobre Tu siervo la luz de Tu Divino Rostro y enséñame Tus justísimos decretos (dos veces).

Liénese de loores mi boca Oh Señor para cantar todo el día Tu gloria y la grandeza tuya (tres veces).

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal ten piedad de nosotros (tres veces).

Gloria al Padre, al Hijo...

Oh Santísima Trinidad ten piedad de nosotros. Oh Señor perdona nuestros pecados, Oh Soberano absuelve nuestras transgresiones, Oh Santísimo mira y sana nuestras debilidades por Tu nombre.

Señor ten piedad (tres veces).

Gloria al Padre, al Hijo... Padre nuestro...

Sac.: Porque Tuyos son el Reino, el Poder y la Gloria, de¡ Padre, de¡ Hijo y de¡ Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Los lunes, martes y los jueves decimos:

A la gloriosísima Madre de Dios, más Santa que los Santos ángeles, cantémosle con el corazón y con voz incesante, confesándola como Deípara, porque ella ha engendrado dignamente a Dios encarnado, y sin cesar intercede por nuestras almas.

Interviene pronto, antes que quedemos esclavizados por los enemigos que Te blasfeman a Ti, y nos amenazan a nosotros, Cristo Dios nuestro, destruye a los que guerrean contra nosotros, para que conozcan el poder de la fe de los Ortodoxos, por la intercesión de la Deípara, Tú que eres el único Amante de la humanidad.

Y los sábados, este:

Como primicias de la naturaleza, al Sembrador de la creación, el universo Te ofrece oh Señor, a los mártires Teóforos. Por sus intercesiones y por la Deípara conserva a Tu iglesia, Tu dominio en paz profunda, Tú que eres grande en misericordia.

En días simples, leemos el Kontaquio del Santo del día o de la fiesta.

Señor ten piedad (cuarenta veces).

Tú que en todo tiempo y a toda hora en el cielo y en la tierra eres adorado y glorificado Cristo Dios muy paciente, de gran piedad, muy benevolente, Tú que amas a los justos y tiene misericordia de los pecadores, llamando a todos a la salvación, prometiendo los bienes futuros; Tú, oh Señor, recibe en esta hora, nuestras súplicas, y dirige nuestras vidas en las sendas de tus mandamientos. Santifica nuestras almas, purifica nuestros cuerpos, guía nuestros pensamientos, purifica nuestras intenciones; líbranos de toda aflicción, maldad y dolencia; rodéanos con tus santos ángeles, para que con su poder seamos guiados y protegídos a fin de llegar a la unidad de la fe y al conocimiento de Tu inaccesible gloria, porque eres bendito y glorificado por los siglos de los siglos. Amén.

Señor ten piedad. (Tres veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh más honorable que los querubines...

En el nombre del Señor; Bendice Padre,

Sac.: Que Dios tenga compasión de nosotros y nos bendiga, que resplandezca su rostro sobre nosotros y nos tenga misericordia.

Si es período Cuaresmall se lee el Trisagio y Señor ten piedad antes de la oración final.

Si es tiempo cuaresmall, decimos la oración de San Efrén, el Sirio, y diviffiéndola en tres partes y haciendo 3 postraciones.

Sac.: Oh Señor y Soberano de mi vida, no me des espíritu de ociosidad, de

aflicción, de amor al mando y de habladuría. Postración.

Sino concédeme el espíritu de castidad, humildad, paciencia y amor.

Postración.

Oh Señor y Rey, hazme ver mis propias culpas y no juzgar a mi hermano,

eres bendito por los siglos de los siglos. Amén. Postración.

Después de 12 reverencias y/o inclinaciones hasta el cinturón, persignándose primero y en cada inclinación en voz baja decimos: Oh Dios, purifícame, a mí, pecador.

Sac.: En voz alta repite: Oh, Soberano... los siglos.

Lec.: Amén.

Lec.: Trisagio. Amén.

Sac.: Porque Tuyo es el Reino...

Lec.: Amén. Señor ten piedad. (doce veces).

Sac.: Cristo, Luz Verdadera que iluminas y Santificas a cada persona que viene al mundo. Que sea una señal sobre nosotros la luz de Tu rostro. Que en ella podamos ver la luz inaccesible. Dirige nuestros pasos en el cumplimiento de tus mandamientos, por las intercesiones de Tu purísima Madre y de todos tus Santos. Amén.

Coro: Yo Tu ciudad o Deípara, Te canto canción de triunfo, Oh guerrera y defensora. Y Te presento el agradecimiento Oh libradora de los apuros y como Tú eres invencible, líbrame de las múltiples desgracias para exclamarte: Regocijate, Oh novia no desposada.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Señor ten piedad (tres veces).

Bendice.

Sac.: Dimisión (Apolysis).

Coro: Amén. Señor ten piedad (tres veces).

Hora Tercia

Sac.: Bendito sea nuestro Dios...

Lec.: Amén; Gloria a Ti Dios nuestro, Gloria a Ti

Oh Rey Celestial paráclito Espíritu de verdad, que estás en todas partes y llenas todas las cosas, tesoro de todo lo bueno y dispensador das la vida, ven y mora en nosotros, purifícanos de toda mancha y salva nuestras almas oh Bondadoso.

Trisagio: Santo Dios... más Iffiranos de¡ malvado.

Sac.: Por qué Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, de¡ Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Señor ten piedad. (Doce veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo... Ahora y siempre...

Venid inclinémonos al Rey nuestro Dios.

Venid inclinémonos y postrémonos ante Cristo, rey y nuestro Dios.

Venid inclinémonos y postrémonos ante Cristo mismo, El es nuestro rey y nuestro Dios.

Salmo 16
Atiende, oh Señor, a mi justicia; acoge mis súplicas, presta oídos a mi oración, que no la pronuncio con los labios fraudulentos; salga de Tu benigno rostro mi sentencia; 'rniren tus ojos la justicia de Tu causa. Pusiste a prueba mi corazón, y has visitado durante la noche, me has sometido a pruebas de fuego y en mí no se ha hallado iniquidad. Lejos de platicar mi boca según el proceder de los hombres mundanos; por respeto a las palabras de tus labios he seguido las sendas escabrosas de la virtud. Asegura constantemente mis pasos por tus senderos, a fin de que mis pies no resbalen. Yo he clamado a Ti, Dios mío, porque siempre me has oído benignamente; inclina pues hacia mí tus oídos y escucha mis palabras. Has brillar de un modo maravilloso tus misericordias, oh Salvador de los que en Ti esperan; de los que resisten el poder de Tu diestra, guárdame Señor, como a las niñas de los ojos. Ampárame bajo la sombra de Tus alas, contra los impíos que me persiguen, han cercado mis enemigos mi alma, han cerrado sus entrañas a toda compasión; hablan con altanería. Después de haberme arrojado fuera, ahora me tienen cercado por todas partes, tienen puestas sus miradas para dar conmigo en tierra. Están acechándose como el león preparado de arrojarse sobre la presa, o como el leoncillo que en lugares escondido está a la espera. Levántate, oh Señor, preven su golpe y arrójalos por el suelo; libra mi alma de las garras del impío, quítales Tu espada, a los enemigos de Tu diestra. Sepáralos, Señor de los buenos, aun mientras viven, de aquéllos que en corto número sobre la tierra; en la que han saciado su apetito de tus exquisitos bienes. Liénanse de hijos según su deseo, y dejan después a sus nietos el resto de sus caudales. Pero yo compareceré en Tu presencia con la justicia de mis obras y quedaré plenamente saciado, cuando se me manifestará Tu Gloria.

Salmo 24


A Ti, oh Señor, he levantado mi alma. En Ti, oh Dios mío, tengo puesta mi confianza no quedaré avergonzado ni se burlarán de mis enemigos, porque ninguno que espere en Ti quedará confundido. Sean cubiertos de confusión todos aquellos que vana e injustamente obran la iniquidad. Muéstrame oh Señor tus caminos, y enséñame tus senderos. Encamíname según Tu verdad e instrúyeme, pues Tú eres el Dios Salvador mío, y Te estoy esperando todo el día. Acuérdate, Señor de tus piedades y tus misericordias usadas en los siglos pasados. Echa en airido los delitos o flaquezas de mi mocedad y mis necedades. Acuérdate de mí, según Tu misericordia, acuérdate de mí oh Señor, por Tu bondad. El Señor es bondadoso y justo; por lo mismo dirigirá a los pecadores por el camino que deben seguir. Dirigirá a los humildes por la vía de la justicia enseñará sus caminos a los apacibles. Todos los caminos del Señor son misericordia y verdad para los que buscan su santa alianza y sus mandamientos. Por la gloria de Tu Santo Nombre, oh Señor, me has de perdonar mi pecado, que ciertamente es muy grave ¿quién es el hombre que teme al Señor? Dios le ha prescrito la regla que debe seguir en la carrera que escogió reposará su alma entre bienes y sus hijos poseerán la tierra. El Señor es firme apoyo de los que le temen, y a ellos revela sus misterios. Mis ojos están fijos siempre en el Señor; pues él ha de sacar mis pies del lazo. Vuelve, Señor, hacia mí Tu vista y ten de mi compasión porque me veo solo y pobre. Las tribulaciones de mi corazón se han multiplicado; líbrame de mis congojas. Mira mi humillación y mi trabajo y perdona todos mis pecados. Repara en mis enemigos como se han multiplicado, cuán injusto es el odio con que me aborrecen; guarda mi alma y líbrame; nunca quedé yo sonrojado, habiendo puesto en Ti mi esperanza. Los inocentes y justos se han unido conmigo porque yo esperé en Ti, oh Dios mío, libra a Israel de todas sus tribulaciones.

Salmo 50

Apiádate de mí, Oh Dios, según Tu gran misericordia, según la multitud de tus bondades, borra mi in iquidad. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado, pues reco nozco mis culpas, y mi pecado está siempre ante mí. Contra Ti sólo, he pecado, he hecho el mal en Tu presencia, por lo tanto, eres justo en Tu sentencia, soberano en Tu juicio. Considera que en maldad fui formado, y en pecado me concebió mi madre. Porque Tú amas la verdad; me descubriste los misterios profundos de Tu sabiduría. Rocíame con hisopo y seré puro; lá vame y embianqueceré más que la nieve. Hazme oír palabras degozo y alegría, y mis huesos abatidos se estremecerán. Aparta Tu faz de mis pecados; y borra todas mis iniquidades. Crea en mí, Oh Dios, un corazón puro, y renueva dentro de mi 1 un espi 1 ritu recto. No me arrojes de Tu presencia, y no quites de mí Tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de Tu salvación, confírmame un espíritu generoso. Enseñaré a los impíos tus caminos, y los pecadores se convertirán a Ti. Líbranos de la sangre; Oh Dios, Dios de mi salvación y cantará mi lengua Tu justicia. Abre Señor mis labios, y cantará mi boca tus alabanzas. Si hubieras deseado sacrificios, en verdad Te los ofrecería, más no son los holocaustos los que Te placen. Sacrificio agradable a Dios es el alma arrepentida; al corazón contrito y humillado, Señor, Tú no los desprecias. Senor, en Tu bondad, trata benignamente a Sión, para que puedan reedificarse los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas y holocaustos, entonces se Te ofrecerán víctimas en Tu altar.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Aleluya, Aleluya, Aleluya (tres veces).

Señor ten piedad. (tres veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Tropario dell Santo del día.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Madre de Dios, Tú que eres la verdadera Vid, que hiciste germinar el Fruto de vida. Te suplicamos oh Soberana, intercede con los apóstoles y todos los santos que nuestras almas alcancen misericordia.

Bendito sea el Señor en toda la serie de los días, el Dios de nuestra salvación nos haga prosperar, el Dios que nos salva.

Trisagio. Amén.

Kontaquio de la Fiesta.

EN CUARESMA

Sac.: Oh Señor que en la hora tercia, enviaste Tu Santísimo Espíritu a tus apóstoles, no lo retires de nosotros oh Bueno. Sino renuévanos a los que a Ti oramos.

Coro: Oh Señor...

Sac.: Verso 1:Crea en mí un corazón puro y renueva en mí un espíritu recto.

Coro: Oh Señor...

Sac.: Verso 2:No me arrojes de Tu presencia y no quites de mí Tu Espíritu Santo.

Coro: Oh Señor...

Sac.: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Lec.: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Trisagio. Santo Dios... más líbranos del maligno.

Sac.: Porque Tuyo es el Reino...

Kontaquio de la fiesta o del Santo.

En Cuaresma

Bendito eres, oh Cristo, nuestro Dios, que hiciste de manifiesto a los sabios pescadores, enviándoles al Espíritu Santo, y por medio de ellos atrapaste en sus redes a todo el universo, oh amante de la humanidad, Gloria a Ti.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Presto y firme consuelo concede a Tus siervos, oh Jesús, cuando estén abatidos nuestros espíritus. No abandones nuestras almas en la tribulación, ni Te alejes de nuestros pensamientos en la angustia, más está siempre cerca de nosotros. Acércate, acércate, Tú que estás en todas partes, como estás siempre con Tus apóstoles, así únete a los que Te anhelan, Tú que eres compasivo, a fin de que Te cantemos todos y glorifiquemos a Tu Santo Espíritu.

Ahora y siempre y por los siglos. Amén.

Esperanza, protección y refugio de cristianos, muro inexpugnable, puerto de los fatigados no turbado por tempestades, eres Tú, inmaculada Deípara, mas como Tú salvas al mundo por Tu incesante intercesión, acuérdate también de nosotros. Alabadísima Virgen.

Señor ten piedad. (Cuarenta veces).

Tú que en todo tiempo y a toda hora en el cielo y en la tierra eres adorado y glorificado Cristo Dios muy paciente, de gran piedad, muy benevolente, Tú que amas a los justos y tiene misericordia de los pecadores, llamando a todos a la salvación, prometiendo los bienes futuros; Tú, oh Señor, recibe en esta hora, nuestras súplicas, y dirige nuestras vidas en las sendas de tus mandamientos. Santifica nuestras almas, purifica nuestros cuerpos, guía nuestros pensamientos, purifica nuestras intenciones; líbranos de toda aflicción, maldad y dolencia; rodéanos con tus santos ángeles, para que con su poder seamos guiados y protegidos a fin de llegar a la unidad de la fe y al conocimiento de Tu inaccesible gloria, porque eres bendito y glorificado por los siglos de los siglos. Amén.

Señor ten piedad. (Tres veces).

Gloria al Padre, ..., ahora y siempre y ... Amén.

Oh más honorable que los Querubines e incomparablemente más gloriosa que los Serafines, Tú que sin corrupción engendraste al Verbo-Dios, verdaderamente eres la Deípara, Te magnificamos.

En el nombre de¡ Señor, bendice padre, (si es Obispo) Soberano bendice.

Sac.: Por las oraciones de nuestros padres, señor Jesucristo nuestro Dios, ten misericordia de nosotros.

Si es tiempo cuaresma, decimos la oración de San Efrén, el Sirio, y dividiéndola en 3 partes y haciendo 3 postraciones.

Sac.: Oh Señor y Soberano de mi vida, no me des espíritu de ociosidad, de

aflicción, de amor al mando y de habladuría. Postración.

Sino concédeme el espíritu de castidad, humildad, paciencia y amor.

Postración.

- Oh Señor y Rey, hazme ver mis propias culpas y no juzgar a mi hermano,

eres bendito por los siglos de los siglos. Amén. Postración.

Después de 12 reverencias y/o inclinaciones hasta el cinturón, persignándose primero y en cada inclinación en voz baja decimos: oh Dios, purifícame, a mí, pecador.

Sac.: en voz alta repite: Oh, Señor Soberano... los siglos

Lec.: Amén.

Oracion De San Mardario

Oh Soberano Dios, Padre Omnipotente, Oh Señor Hijo Unigénito Jesucristo y Espíritu Santo, una Divinidad y Unico Poder, ten piedad de mi pecador, sálvame, Tu indigno servidor por los juicios que Tu conoces, pues eres bendito por los siglos de los siglos. Amén.



Hora Sexta

Venid inclinémonos al Rey nuestro Dios. Venid inclinémonos y postrémonos ante Cristo, Rey nuestro Dios. Venid inclinémonos y postrémonos ante Cristo mismo, él es nuestro Rey y Dios.

Salmo 53

Sálvame oh Dios mío por Tu nombre y defiéndeme con Tu poder, oh Dios escucha mi oración, presta oídos a las palabras de mi boca. Porque extraños se han levantado contra mí. Y poderosos atentan contra mi alma sin mirar a Dios. Pero Dios es mi ayuda y el Señor toma por su cuenta la defensa de mi vida. El volverá el mal a mis enemigos, y en honor a Tu verdad extermínalos. Voluntariamente sacrificaré a Ti, alabaré oh Señor Tu nombre, porque es bueno. Porque me has librado de todas las angustias, y mis ojos miran a mis enemigos.

Salmo 54

Oh Dios oye mi oración, y no despreciéis mis súplicas, atiende mi ruego y escúchame, me he llenado de tristeza. A causa de la voz de¡ enemigo, por la impresión de¡ impío, me han achacado a mí la iniquidad y me acosan por sus furores. Me tiembla el corazón en el pecho, y el pavor de la muerte me ha sobrecogido el temor y el temblor se ha apoderado e mi y me encuentro cubierto de tinieblas. Y dije: oh ¿Quién me diera alas como a las palomas para echar a volar, y encontrar reposo. He aquí me alejaría, y permanecería en la soledad. Esperaría a aquél que me ha de salvar de¡ abatimiento de ánimo y de tempestad. Precipítalos, Señor, divide sus dictámenes, pues veo que la ciudad está llena de iniquidad y discordia. Día y noche rodean sus muros. En medio de ella hay opresión. El fraude e injusticia no se apartan de sus plazas. En verdad, si me hubiese llenado de maldiciones un enemigo mío, lo hubiera sufrido con paciencia y si me hablasen con altanería los que me odian, podrían acaso haberme guardado de ellos. Más Tu nombre que aparentaba ser otro yo, mi guía y mi amigo, Tú que justamente conmigo tomabas el dulce alimento, que andábamos en compañía en la casa de Dios. Condenados sean a muerte desciendan vivos a hades, ya que todas las malda,des se albergan en sus moradas en medio de su corazón. Pero yo he clamado a Dios, y el Señor me oirá. Tarde y mañana y al medio día contaré y expondré y El oirá benigno mi voz. Sacará la paz y salvó mí vida de los que me asaltan en compañía de muchos para perderme. Dios me oirá, y aquel que existe antes de todos los siglos los humillará. Ellos están obstinados y no tienen temor a Dios. Ha extendido la mano para darles su merecido. Profanaron su pacto, han sido disipados a vista de su rostro airado y su corazón los alcanzó. Sus palabras son más suaves que el aceite, pero en realidad son dardos. Arroja en el seno del Señor tus ansiedades, y él te sustentará, no dejará al justo en agitación perpetua. Más Tú, oh Dios dejarás caer a aquellos en el pozo de la perdición. Los hombres sanguinarios y alevosos no llegarán a la mitad de sus días, pero yo oh Señor, tengo puesto en Ti mi esperanza.

Salmo 90

El que se acoge al asilo del Altísimo morará bajo la protección del Dios del cielo. El dirá al Señor, Tú eres mi amparo y mi refugio el Dios mío en quien confiaré. Porque El me ha llibrado del lazo de los cazadores y de terribles adversidades. Con sus plumas te hará sombra, y debajo de sus alas estarás confiado. Su verdad te cercará como escudo, no temerás terrores nocturnos, ni la seta disparada de día no al enemigo que anda entre tinieblas ni los asaltos del demonio en medio del día. Caerán a Tu lado mil y diez mil a Tu diestra, más ninguna te acercará. Tú lo estarás contemplando con tus ojos y verás el pago que se da a los pecadores. Y como eres Tú oh Señor, mi esperanza, has escogido al Altísimo para asilo tuyo. No llegará a Ti el mal, ni el azote se acercará a Tu morada. Porque él mandó a sus ángeles que cuidasen de Ti, los cuales te guardarán en cuantos pasos dieres. Te llevarán en sus manos, no sea que tropiece Tu pie en alguna piedra. Andarás sobre áspides y basíliscos y hollarás los leones y dragones. Por cuanto en mí ha puesto su esperanza, yo le libraré y le protegeré pues ha conocido mi Nombre. Clamará a mí y le oiré benigno, con él estoy en la tribulación; lo libraré y le glorificaré. Le saciaré con una vida muy larga, y le haré ver mi salvación.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Aleluya, Aleluya, Aleluya Gloria a Ti oh Dios. (Tres veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Tropario del día del Santo o dominical según el tono.

Ahora y siempre...

Puesto que no tenemos osadía por la multitud de nuestros pecados, Tú oh Deípara, Virgen, ruega al que de Ti nació, porque los ruegos de la Madre puede mucho con la buena voluntad del Soberano. No desprecies las súplicas de los pecadores oh Purísima, pues El es misericordioso y puede salvarnos, ya que quiso sufrir por nosotros.

Anticípense a favor nuestro cuanto ante Tu misericordia oh Señor; pues nos hallamos reducidos a una extrema miseria, ayúdanos, oh Dios Salvador nuestro, y por la gloria de Tu nombre líbranos de nuestros pecados por amor de Tu nombre.

Miercoles Y Viernes

Te cantamos gloríosísima Virgen Deípara; por la cruz de Tu Hijo que venció al hades y derribó a la muerte; los mortales, nos fuimos levantando de nuevo y somos condenados dignos de vida, recibiendo el paraíso nuestra antigua felicidad, por eso agradecidos glorifiquemos a Cristo nuestro Dios; por que es Poderoso y Unico abundante en misericordia.

Señor ten piedad. (Cuarenta veces).

Tú que en todo tiempo y a toda hora en el cielo y en la tierra eres adorado y glorificado Cristo Dios muy paciente, de gran piedad, muy benevolente, Tú que amas a los justos y tiene miseñcordía de los pecadores, llamando a todos a la salvación, prometiendo los bienes futuros; Tú, oh Señor, recibe en esta hora, nuestras súplicas, y dirige nuestras vidas en las sendas de tus mandamientos. Santifica nuestras almas, ~urifica nuestros cuerpos, guía nuestros pensamientos, purifica nuestras intenciones; líbranos de toda aflicción, maldad y dolencia; rodéanos con tus santos ángeles, para que con su poder seamos guiados y protegidos a fin de llegar a la unidad de la fe y al conocimiento de Tu inaccesible gloria, porque eres bendito y glorificado por los siglos de los siglos. Amén.

Señor ten piedad. (Tres veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh más honorable que los querubines e incomparablemente...

En el nombre M Señor bendice Padre.

Sac.: Por las oraciones de nuestros santos padres, Señor Jesucristo nuestro Dios, ten piedad de nosotros.

Si es tiempo cuaresma¡, decimos la oración de San Efrén, el Sirlo, y dividiéndola en 3 partes y haciendo 3 postraciones.

Sac.: Oh Señor y soberano de mi vida, no me des espíritu de ociosidad, de

aflicción, de amor al mando y de habladuría. Postración.

- Sino concédeme el espíritu de castidad, humildad, paciencia y amor.

Postración.

- Oh Señor y Rey, hazme ver mis propias culpas y no juzgar a mi hermano,

pues eres bendito por los siglos de los siglos. Amén. Postración.

Después de 12 reverencias y/o inclinaciones hasta el cinturón, persígnándose primero y en cada inclinación en voz baja decimos: oh Dios, pur ifícame, a mí pecador, en voz baja, y después dice el sacerdote de nuevo en voz alta; toda la oración de nuevo. Oh Señor y Soberano... hasta el final sin separar. Se hace la postración en la última súplica.

Lec: Amén.

Oracion De San Basilio El Grande

Oh Dios y Señor de los ejércitos y Autor de toda la creación, que por Tu infinita e incomprensible misericordia enviaste a Tu Hijo Unigénito nuestro Señor Jesucristo para la salvación del género humano, y por medio de su Santa Cruz rompiste elquirófano de nuestros pecados, y por ella triunfaste sobre los principios y poderes de las tinieblas: Tú, oh Señor, que amas a la humanidad recibe de nosotros pecadores, estas oraciones de acción de gracias y de súplicas, y líbranos de todo pecado funesto y tenebroso, y de todos los enemigos visibles e invisibles que intentan hacernos mal. Traspasa.nuestra carne con Tu temor, y no inclines nuestro corazón a palabras o pensamientos malos; más hiere nuestras almas con el deseo en Ti, a fin de que contemplándote en cada momento y guiados por la luz que de Ti procede, mirando hacia la inaccesible y eterna luz, Te tributaremos sin cesar, acciones de gracias y confesión, a Ti Padre Eterno con Tu Hijo Unigénito, y con Tu Santísimo bueno y Vivificador Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.



Traparios y Kontaquios

Troparios de Melodias. Tono 1

Tropario: Aunque los judíos habían sellado la piedra, y los soldados custodiaban Tu sagrado cuerpo, Tú resucitaste en el tercer día, oh Salvador, dando vida al mundo. Por eso los poderes celestiales aclaman a Ti, oh Dador de la vida; Gloria a Tu resurrección, oh Cristo, gloria a Tu reino, Gloria a Tu dispensación, oh Unico Amante de la humanidad.

Teotoquio: Al anunciarte Gabriel, oh Virgen, regocíjate con esa exclamación se.encarnó de Ti el Señor de todo, oh arca sagrada, como lo dijo el justo David; fuiste hecha más extensa que los cielos, llevando a Tu Creador. Gloria al que en Ti habitó, gloria al que de Ti brotó, gloria al que por Tu alumbramiento nos ha libertado.

Kontaquio: Tú como Dios, Te has levantado de la tumba y has revivificado el mundo; la naturaleza humana, por eso, Te canta a Ti, que eres Dios, y la muerte está vencida. Adán regocija, oh Maestro, y Eva, ahora libertada de sus vínculos se alegra y exclama, Tú, oh Cristo, eres el que a todos da resurrección.

TONO 2

Tropario: Cuando descendiste a la muerte, oh Vida Inmortal, diste muerte al hades con la brillantes de Tu deidad. Y cuando de las entrañas de la tierra levantaste a los muertos, todas las potestades celestiales exclamaron, oh Dador de vida, Cristo, nuestro Dios, gloria a Ti.

Teotoquio: Sobremanera glorioso trascendiendo todo entendimiento son todos Tus misterios, oh Deípara, porque siendo sellada en pureza y preservada en virginidad fuiste reconocida en verdad como la Madre que diste a luz al Dios verdadero. Por tanto, ruégale que salve nuestras almas.

Kontaquio: Te has levantado de la tumba, Salvador Todopoderoso, y el hades, viendo esta maravilla, se amedrentó y los muertos resucitaron. La creación también se regocija contigo, y se alegra Adán. El mundo, Salvador mío, Te canta para siempre.

TONO 3

Tropario: Regocíjense los celestiales, y alégrense los terrestres, porque el Señor ha hecho valentía con su brazo y hollado la muerte por la muerte. Se ha hecho el Primogénito de los muertos. Nos ha salvado de las entrañas de¡ hades, concediendo al mundo la gran misericordia.

Teotoquio: Te cantamos a Ti, que eres mediadora por la salvación de nuestra raza, Virgen Deípara, porque en la carne que de Ti tomó, Tu Hijo, y Dios nuestro, después de aceptar la pasión de la cruz, nos redimió de la corrupción, porque El es amante de los hombres.

Kontaquio: Este día, Tú, oh compasivo, Te has levantado de la tumba, y nos has conducido fuera de las puertas de la muerte. Este día Adán se exulta y Eva se regocija; con ellos los profetas y patriarcas alaban sin cesar el divino poder de Tu autoridad.

TONO 4

Tropario: Las Discípulas de¡ Señor aprendieron de(ángel las nuevas alegres de la resurrección, y arrojando la maldición ancestral, anunciaron con regocijo a los apóstoles, la muerte ha sido derrotada, Cristo ha resucitado, dando al mundo la gran misericordia.

Teotoquio: El misterio escondido desde la eternidad e ignorado de los ángeles se reveló a los terrestres por medio de Ti, oh Deípara. Dios se encarnó en unión sin confusión, y por nuestra causa aceptó voluntariamente la cruz; y por ella se levantó al que había formado primero, y salvó nuestras almas de la muerte.

Kontaquio: El Salvador y Redentor mío, siendo Dios, ha librado a los terrestres de sus cadenas y ha roto las puertas de¡ hades, y siendo Maestro, ha resucitado al tercer día.

TONO 5

Tropario: Al Verbo Coeterno con el Padre y el espíritu, nacido por nuestra salvación de una Virgen, oh fieles, posternémonos y alabemos, porque El quiso ser levantado en la cruz en la carne, y padecer la muerte, y (evantar a los muertos por su gloriosa resurrección.

Teotoquio: Regocijate, oh Puerta Inviolable de¡ Señor. Regocíjate, oh Muro y Protección de los que a Ti se apresuran. Regocíjate, oh Refugio quieto que nos has conocido varón, oh Tú que has dado a luz en la carne a Tu Creador y Dios, seguirás intercediendo por los que alaban y adoran Tu alumbramiento.

Kontaquio: Al hades, Salvador mío, descendiste y quebrantaste sus puertas, siendo Todopoderoso. Y levantaste contigo a los muertos, siendo Creador, y destruiste el aguijón de la muerte. Adán también ha sido libertado de la maldición, oh Amante de la humanidad, y por tanto, todos clamamos, oh Señor, sálvanos.

TONO 6

Tropario: Las potestades angelicales estaban ante Tu tumba, y los que Te vigilaban cayeron como muertos, y María entrando en Tu sepulcro, buscaba Tu purísimo cuerpo. Te despojaste del hades sin ser entrampado por él. Descendiste al encuentro de la Virgen dando vida, oh Señor, que de entre los muertos resucitaste. Gloria a Ti.

Teotoquio: El que Te llamó, Madre bendita, fue a sufrir voluntariamente, queriendo rescatar a Adán y resplandeció desde la Cruz, diciendo a los ángeles, regocijaos conmigo, porque ha encontrado la dracma perdida. Gloria a Ti, oh Dios, que todo ¡o has ordenado con sabiduría.

Kontaquio: Levantando a todos los muertos con Tu vivificante mano de los valles tenebrosos, Cristo Dios nuestro, Dador de vida, quiso conceder la resurrección a esta masa humana. Porque El es Salvador de todos, la Resurrección, la Vida y Dios de todos.

TONO 7

Tropario: Por Tu cruz has destruido la muerte; al ladrón has abierto el Paraíso; los gemidos de las Miráforas has tornado en regocijo, y has mandado a Tus apóstoles proclamar que Tú, oh Cristo Dios nuestro, has resucitado y concedes al mundo gran misericordia.

Teotoquio: Siendo Tú el Tesoro de nuestra resurrección, Tú que eres alabada de todos, condúcenos de¡ abismo y profundidad de la transgresión a nosotros que ponemos en Ti nuestra Esperanza, porque has salvado a los culpables de pecado, habiendo dado a luz al Salvador, oh Tú que fuiste Virgen antes de¡ alumbramiento, en el alumbramiento, y después de¡ alumbramiento.

Kontaquio: El dominio de la muerte no puede dominar más al hombre, porque Cristo ha descendido aboliendo y destruyendo su poder. El hades ya está vinculado, y los profetas se regocijan diciendo unánimes: El Salvador ha aparecido a los que tienen fe, salid, oh fieles, a la resurrección.

TONO 8
Tropario: De las alturas descendiste, oh Compasivo, y quisiste sufrir la sepultura de tres días, para librarnos de las pasiones. Vida y Resurrección nuestro, Señor, gloria a Ti.

Teotoquio: Tú que por nuestra causa naciste de una Virgen, oh Bondadoso y sufriste la crucifixión destruyendo la muerte por la muerte, y siendo Dios, manifestaste la resurrección. No desprecies las obras de Tus manos. Muestra Tu amor a los hombres, oh misericordioso. Recibe la intercesión hecha por nuestra causa por la Deípara, que Te dio a luz, y salva a Tu angustiado pueblo, oh Salvador nuestro.

Kontaquio: Habiéndote levantado de la tumba, Tú has dado vida a los muertos y has levantado a Adán. Y Eva se regocija por Tu resurrección. Y todos los confines de la tierra están triunfantes a causa de Tu resurrección de entre los muertos, oh Tú que eres grande en misericordia.