Sunday, March 1, 2015

Akathisto y Canon Virgen María.


Kontaquio 1

¡Oh Madre de Dios Generala Protectora! Ya que yo, Ciudad Vuestra, he sido liberada por vos de mis angustias, escribo proclamando la victoria en acción de gracias. Y Vos, puesto que poseéis una fuerza invencible, libradme de todos, los peligros, para que Os aclame: ¡Salve, Esposa Virgen!

Icos 1

Un Príncipe de los ángeles es enviado desde los Cielos para decir a la Madre de Dios: "Alégrate." Cuando Te contempla, oh, Señor, asumiendo un cuerpo, exulta y queda asombrado, y con voz inmaterial la aclama:

Salve, oh Vos, por Quién resplandecerá la alegría

Salve, oh Vos, por Quién cesará la maldición!

¡Salve, Restauración del Adán caído!

¡Salve, Redención de las lágrimas de Eva!

¡Salve, oh Cima inaccesible al humano entendimiento!

¡Salve, oh Abismo impenetrable aún a los ojos de los mismos ángeles!

¡Salve, porque sois el Trono del Rey!

¡Salve, porque lleváis a Aquél que lo lleva todo!

¡Salve, Estrella que anunciáis al Sol!

¡Salve, Seno de la divina Encarnación!

¡Salve, oh Vos, por Quién la Creación es renovada!

¡Salve, oh Vos, por Quién ha tomado carne humana el Creador!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 2

La Santa, considerando su castidad, dice francamente a Gabriel: Lo extraño de tu palabra parece a mi alma difícil de admitir; pues, ¿cómo hablas de un nacimiento que será fruto de una concepción virginal? y exclamas: ¡Aleluya!

Ikos 2

La Virgen, tratando de comprender tan incomprensible nueva, exclamó al Enviado: ¿Cómo es posible que de entrañas que son puras pueda nacer el Hijo? ¡Dime! Y él respondió exultando con temor y reverencia:

¡Salve, oh Vos, la secretamente iniciada en el designio inefable!

¡Salve, oh Vos, Fe de los que oran en silencio!

¡Salve, Preludio de las maravillas de Cristo!

¡Salve, oh Suma de Sus dogmas!

¡Salve, Escala celestial por la que Dios bajó!

¡Salve, Puente que conduce a los de tierra hacia el cielo!

¡Salve, oh Maravilla alabadísima por los ángeles!

¡Salve, Azote en gran manera temido por los demonios!

¡Salve, oh Vos, que inefablemente disteis a luz a la Luz!

¡Salve, oh Vos, que a nadie habéis enseñado cómo ello fue realizado!

¡Salve, oh Vos, que sobrepujáis en inteligencia a los sabios!

¡Salve, oh Vos, que ilumináis el entendimiento de los fieles!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 3

Entonces la energía del Altísimo cubrió a la que era intacta para que concibiese, y mostró la fecundidad de su seno, como la de un suave y tierno prado, a todos aquellos que quieren cosechar la salvación, y que, alabándola, cantan: ¡Aleluya!

Ikos 3

Llevando a Dios en su seno, donde lo había recibido, se dirigió la Virgen a Isabel; y el hijo de ésta, interpretando el saludo, se estremeció de júbilo y exclamó a la Madre de Dios:

¡Salve, Sarmiento de una cepa incorruptible!

¡Salve, Huerto de perenne fructificación!

¡Salve, Vos que cultivasteis al amoroso Cultivador del género humano!

¡Salve, Campo fértil en abundancias de misericordia!

¡ Salve, Ara colmada de ofrendas propiciatorias!

¡Salve, puesto que florecéis transformada en prado de delicias!

¡Salve, ya que preparáis puerto acogedor a las almas!

¡Salve, grato Incienso de la plegaria intercesora!

¡Salve, Expiación del mundo todo!

¡Salve, Benevolencia de Dios para con los mortales!

¡Salve, Confianza de los mortales ante Dios!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 4

Agitado interiormente por contradictorios pensamientos, túrbase el discreto José, suponiendo en Vos, oh Doncella irreprochable, unos furtivos amores. Pero al saber que vuestra concepción era del Espíritu Santo, exclamó: ¡Aleluya!

Ikos 4

Oyeron los pastores a los ángeles exultar la presencia del Cristo hecho carne; y corriendo hacia El como a su Pastor, lo contempláron como Cordero inmaculado, paciendo en el seno de María, a la cual alabaron diciendo:

¡Salve, Madre del Cordero y del Pastor!

¡Salve, Redil de las místicas ovejas!

¡Salve, Defensa contra los enemigos invisibles!

¡Salve, Llave de las puertas del paraíso!

¡Salve, Causa del común de regocijo de cielo y tierra!

¡Salve, Armonía de las voces terrenas con los coros celestiales!

¡Salve, Boca nunca muda de los Apóstoles!

¡Salve, Valor invencible de los Mártires!

¡Salve, Soporte inconmovible de la fe!

¡Salve, Señal resplandeciente de la gracia!

¡Salve, oh Vos, por Quién el Hades quedo desnudo y desierto!

¡Salve, oh Vos, por Quién hemos sido revestidos de gloria!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 5

Contemplando los Magos la estrella que los guiaba a Dios, pusiéronse en marcha siguiendo su resplandor. Teniéndola por lumbrera buscaron al Señor todo poderoso; y hallando al Inaccesible exclamaron gozosos: ¡Aleluya!

Ikos 5


Cuando los hijos de los caldeos vieron en manos de la Virgen a Aquél que con Sus manos creó al género humano, lo reconocieron como Señor a pesar de que había tomado forma de siervo, y se apresuraron a rendirle homenaje con sus dones y a exclamar a la Bendita:

¡Salve, Madre del Astro sin ocaso!

¡Salve, Aurora del día místico!

¡Salve, oh Vos, que habéis apagado la fogata del error!

¡Salve, oh Vos, que ilumináis a los iniciados en la Trinidad!

¡Salve, oh Vos, que expulsáis del poder al tirano inhumano!

¡Salve, oh Vos, que mostráis a Cristo el Señor, El que ama al género humano!

¡Salve, oh Vos, que nos librasteis de las supersticiones paganas!

¡Salve, oh Vos, que nos libráis de las obras del lodo y de las tinieblas!

¡Salve, oh Vos, que pusisteis fin a la adoración del fuego!

¡Salve, oh Vos, que libráis de las llamas de las pasiones!

¡Salve, Guía de los fieles hacia la sabiduría!

¡Salve, Alegría de todas las generaciones!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquios 6

Convertidos los Magos en teóforos predicadores, regresáronse a Babilonia, cumpliendo, oh Cristo, Vuestro oráculo y anunciándoos a todos; abandonando a Herodes como necio, incapaz de exclamar: ¡Aleluya!

Ikos 6

En Egipto hicisteis brillar el resplandor de la Verdad, ahuyentando las tinieblas de la mentira; los ídolos de allá, oh Señor, no pudiendo soportar la fuerza de Vuestra presencia, se derrumbaron. Y los que de ellos se libraron clamaron a la Madre de Dios:

¡Salve, Restauración del género humano!

¡Salve, Ruina de los demonios!

¡Salve, oh Vos, que hollasteis las imposturas del engaño!

¡ Salve, oh Vos, que denunciáis la superchería de los ídolos!

¡Salve, oh Mar que sumergió al Faraón espiritual!

¡Salve, oh Peña de la que beben los sedientos de vida!

¡Salve, Columna de fuego que guía los que se hallan en la oscuridad!

¡Salve, Protección que cubre al mundo, más amplia que el manto de las nubes!

¡Salve, Alimento que sustituisteis al maná!

¡Salve, oh Vos que nos procuráis santas delicias!

¡Salve, Tierra de promisión!

¡Salve, de la que brotan leche y miel!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 7

Hallándose próximo Simeón a abandonar este mundo engañoso, le fuisteis puesto en sus brazos como tierno infante, aunque Os hicisteis reconocer por él como Dios perfecto; por lo que, maravillado por Vuestra inefable sabiduría exclamó: ¡Aleluya!

Ikos 7

El Creador nos mostró una nueva Criatura, dándonosla a conocer a quienes por El fuimos hechos. La hizo surgir de un seno virginal, al que conservó íntegro cual era antes del parto, a fin de que, viendo tal prodigio, lo ensalzáramos, clamando:

¡Salve, Flor de incorrupción!

¡Salve, Corona de la continencia!

¡Salve, oh Vos, que hicisteis brillar el arquetipo de la Resurrección!

¡Salve, oh Vos, Espejo de la vida angélica!

¡Salve, Arbol cargado de fruto, alimento de los fieles!

¡Salve, Ramaje frondoso, bajo el que se refugian las muchedumbres!

¡Salve, oh Vos, que habéis llevado en el seno al Guía de los descarriados!

¡Salve, oh Vos, que habéis dado a luz al Redentor de los cautivos!

¡Salve, oh Súplica insistente ante al justo Juez!

¡Salve, oh Perdón de muchos de los que caen!

¡Salve, Túnica de confiada esperanza para los que están desnudos!

¡Salve, Ternura maternal, vencedora de toda pasión!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 8

Contemplando parto tan fuera de lo común, nos apartamos de lo común de esta mundo, elevando el pensamiento al cielo; pues que esta fue la razón por la que el excelso Dios apareció sobre la tierra como hombre humilde, con el designio de atraer hacia la altura a quienes le exclaman: ¡Aleluya!

Ikos 8

El Verbo indescriptible estaba íntegro aquí abajo, sin hallarse por ello ausente en lo más mínimo allá arriba. De modo que tuvo lugar una condescendencia divina, y no una transferencia de sitio; y ello fue por medio del parto de una Virgen escogida por Dios, que oyó cosas como estas:

¡Salve, Lugar del Dios inmenso!

¡Salve, Umbral del sagrado misterio!

¡Salve, Noticia dudosa para los incrédulos!

¡Salve, Gloria incontestable de los creyentes!

¡Salve, Carro Santísimo de Aquél que se halla por encima de los Querubines!

¡Salve, Palacio excelentísimo de Quién está por encima de los Serafines!

¡Salve, oh Vos, por Quién concuerdan las cosas que eran contrarias!

¡Salve, oh Vos, en Quién la virginidad y la maternidad convergen!

¡Salve, oh Vos, por Quién la transgresión fue derrocada!

¡Salve, oh Vos, por Quién fue abierto el paraíso!

¡Salve, Llave del Reino de Cristo!

¡Salve, Esperanza de los bienes eternos!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 9

Toda naturaleza angélica quedó atónita ante la gran obra de Vuestra Encarnación; porque a Quién es inaccesible contemplaron accesible como Hombre, conviviendo con nosotros y oyendo de todos el ¡Aleluya!

Ikos 9

Ante Vos, oh Madre de Dios, vemos enmudecer como peces a los más elocuentes oradores; puesto que no saben explicarse como pudisteis dar a luz, conservándoos Virgen. Mas nosotros, ponderando el misterio, exclamamos con fe:

¡Salve, Vaso de la sabiduría de Dios!

¡Salve, Cofre de Su Providencia!

¡Salve, oh Vos, que mostráis la necedad de los vanos filósofos!

¡Salve, oh Vos, que dejáis sin palabras a los expertos en controversias,

¡Salve, porque ante Vos acabaron como estultos los hábiles discutidores!

¡Salve, porque ante Vos se esfumaron los creadores de fábulas!

¡Salve, oh Vos, que quebrantasteis las maquinaciones de los paganos atenienses!

¡Salve, oh Vos, que llenáis las redes de los Pescadores!

¡Salve, oh Vos, que sacáis afuera del abismo de la ignorancia!

¡Salve, oh Vos, que ilumináis el conocimiento de muchos!

¡Salve, Bajel de los que quieren salvarse!

¡Salve, Puerto de los que por la vida navegan!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 10


Queriendo salvar al mundo el Artífice de todas las cosas, vino a él como de Sí mismo había ya prometido; siendo Pastor como Dios, por nosotros apareció hombre como nosotros; así pudo atraer a la naturaleza humana, mientras que como Dios oye el ¡Aleluya!

Ikos 10


Muralla sois de las vírgenes, Virgen Madre de Dios, y de todos cuantos a Vos recurren; porque el Creador del cielo y de la tierra, oh Inmaculada, Os cubrió con Su sombra y habitó en vuestro seno, enseñándonos a todos a aclamarte:

¡Salve, Columna de la virginidad!

¡Salve, Atrio de la salvación!

¡Salve, Iniciadora de nuestra regeneración espiritual!

¡Salve, Canal de la divina bondad!

¡Salve, oh Vos, que habéis regenerado a quienes fuimos concebidos en pecado!

¡Salve, oh Vos, que amonestáis a quienes tienen la mente confundida!

¡Salve, oh Vos, que habéis derogado el poder del corruptor de las almas!

¡Salve, oh Vos, que habéis dado a luz al Sembrador de la pureza!

¡Salve, Tálamo de boda espiritual!

¡Salve, Conciliadora del Señor con sus fieles!

¡Salve, Preceptora de las vírgenes!

¡Salve, Guiadora de los santos a las místicas bodas!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 11

Cualquier himno, por más que se intentara alargarlo, es incapaz de describir la multitud de Vuestras misericordias; aunque Os dirigiéramos, oh Santo Rey, cánticos en número igual a los granos de arena, nada cumpliríamos digno de lo que nos habéis dado, a nosotros que clamamos : ¡Aleluya !

Ikos 11

Vemos a la Santa Virgen como Lámpara que contiene la Luz, para alumbrar a los que yacen en tinieblas; porque, encendiendo la luz inmaterial, guía a todos hacia el conocimiento de Dios, iluminando el pensamiento con su resplandor. Por ello la honramos con estas aclamaciones:

¡Salve, Rayo del Sol espiritual!

¡Salve, Dardo de luz inextinguible!

¡Salve, Relámpago luminoso que fulgura sobre las almas!

¡Salve, Trueno que asusta a los enemigos!

¡Salve, oh Vos, que habéis dado el amanecer a la esplendorosa claridad de la Aurora!

¡Salve, oh Vos, Símbolo de la pila bautismal!

¡Salve, oh Vos, que borráis la mancha del pecado original!

¡Salve, Fuente en la que se lava la conciencia!

¡Salve, Pozo que derrama alegría!

¡Salve, Efluvio del perfume de Cristo!

¡Salve, Agape de vida mística!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 12

Queriendo hacer merced de perdonar antiguas deudas Aquel que habría de pagar por las de todos los hombres, se acerca voluntariamente a quienes se hallaban alejados de Su gracia; y habiendo roto la lista de sus deudas, oye de todos clamar el ¡Aleluya!

Ikos 12

Cantando Vuestro parto, oh Madre de Dios, Os enaltecemos todos como a Templo Viviente; pues habitando en Vuestro seno el Señor que contiene en Su mano todas las cosas, lo santificó y lo glorificó, y así fuimos enseñados por Él mismo a exclamaros:

¡Salve, Tabernáculo del Dios y Verbo!

¡Salve, Santa mayor que los Santos!

¡ Salve, Arca labrada en oro por el Espíritu Santo!

¡Salve, inagotable Tesoro de vida!

¡Salve, Diadema preciosa de los reyes piadosos!

¡Salve, Gloria venerable de los sacerdotes temerosos de Dios!

¡Salve, Torre inconmovible de la Iglesia!

¡Salve, Baluarte inconquistable del reino!

¡Salve, oh Vos, gracias a Quién se erigen los trofeos de victoria!

¡Salve, oh Vos, por Quién son abatidos los enemigos!

¡Salve, Medicina de mi cuerpo!

¡Salve, Salvación de mi alma!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 13

¡Oh Madre digna de toda alabanza! Tú que haz dado a luz al Verbo más Santísimo que todos los santos, recibe la presente ofrenda, líbranos a todos de cualquier desventura y preserva del castigo futuro a los que exclaman unánimemente: ¡Aleluya!

Y se repite el siguiente Ikos y Kontaquio:

Ikos 1

Un Príncipe de los ángeles es enviado desde los Cielos para decir a la Madre de Dios: "Alégrate." Cuando Te contempla, oh, Señor, asumiendo un cuerpo, exulta y queda asombrado, y con voz inmaterial la aclama:

¡Salve, oh Vos, por Quién resplandecerá la alegría

¡Salve, oh Vos, por Quién cesará la maldición!

¡Salve, Restauración del Adán caído!

¡Salve, Redención de las lágrimas de Eva!

¡Salve, oh Cima inaccesible al humano entendimiento!

¡Salve, oh Abismo impenetrable aún a los ojos de los mismos ángeles!

¡Salve, porque sois el Trono del Rey!

¡Salve, porque lleváis a Aquel que lo lleva todo!

¡Salve, Estrella que anunciáis al Sol!

¡Salve, Seno de la divina Encarnación!

¡Salve, oh Vos, por Quién la Creación es renovada!

¡Salve, oh Vos, por Quién ha tomado carne humana el Creador!

¡Salve, Esposa Virgen!

Kontaquio 1


¡Oh Madre de Dios, Generala Protectora! Ya que yo, Ciudad Vuestra, he sido liberada por vos de mis angustias, escribo proclamando la victoria en acción de gracias. Y Vos, puesto que poseéis una fuerza invencible, libradme de todos, los peligros, para que Os aclame: ¡Salve, Esposa Virgen!

Oración a la Virgen

Mi Reina dilectísima mi esperanza oh Deípara, refugio de los huérfanos e intercesor a de los forasteros. Alegría de los apenados, Protectora de los agraviados, Tú ves mi congoja, conoces mi aflicción. Ayúdame porque estoy indefenso, guíame por que soy forastero y resuélvelo como Tú quieras, pues no tengo otro auxilio más que Tú, ni otra Intercesora, ni Consuelo Benigno, solamente a Ti, oh Madre de Dios, para poder defenderme y protegerme, por los siglos de los siglos. Amén.

San Ambrosio de Optina


 

Conmemorado el 10/23 de octubre

En la historia de Rusia, como en la historia del mundo, hay santos que sirven como “baluartes”, por así decirlo, en el camino hacia lo Más Alto. Justamente, uno de estos fue San Ambrosio de Optina, cuya memoria se celebra el 10/23 de octubre.

El futuro gran staretz (o anciano espiritual) de Optina, el hieromonje Ambrosio, nació el 4 de diciembre de 1812, en la ciudad de Gran Lipovitsa, en el gubernia (1) de Tambov, en la gran familia de Mijail Feodorovich Grenkov, un sacristán, y su mujer, Marta Mikolaevna. A los doce años, sus padres lo inscribieron en la Escuela Espiritual de Tambov, y tras graduarse en 1830, entró en el Seminario Espiritual de Tambov. Completó con éxito sus estudios en seis años (2), pero Alexander no entró en la Academia espiritual, ni se convirtió en sacerdote. Durante un tiempo fue tutor de la familia de cierto terrateniente, y más tarde, instructor en la Escuela Espiritual de Lipetsk.

A la edad de veintisiete años, atormentado por el remordimiento de conciencia a causa de la promesa que había hecho a Dios en el último año de seminario (ser tonsurado como monje si se recuperaba de una grave enfermedad), Alexander Mikhailovich, sin ni siquiera pedir permiso a las autoridades diocesanas, huyó en secreto al Hermitage de Optina, que en aquel tiempo era una “columna de fuego en la profunda oscuridad de la noche, y que atraía a los que, de alguna forma, buscaban la luz”.

Por tradición, este monasterio, a tres verstas (sobre 4 kilómetros) de la ciudad de Kozelsk, rodeada en tres flancos por impenetrables bosques vírgenes, y por el cuarto flanco, por el río Zhidra, había sido fundado por un ladrón arrepentido llamado Opta, un compañero de armas de Ataman Kudeyar (3). En la base de la vida de este monasterio se observaban estrictamente tres reglas: una estricta vida monástica, la preservación de los votos de pobreza, y la constante lucha por obrar en la verdad, en completa vigilancia por el respeto a las personas. Los que vivían allí eran grandes luchadores de la piedad y grandes hombres de oración, que rezaban por la Rusia ortodoxa. Alexander Mikhailovich llegó allí, se podría decir, en pleno florecimiento del monasticismo de Optina, cuando moraban allí grandes pilares como el higumeno Moisés, y los padres Leo y Macario.

En abril de 1840, aproximadamente un año después de llegar a Optina, Alexander Mikhailovich Grenkov se convirtió en monje. Se unió activamente en la vida diaria del monasterio: preparaba levadura, horneaba panecillos, y fue el ayudante de cocina durante un año. Tras dos años fue tonsurado con el mantia (4) y se le dio el nombre de Ambrosio. En 1845, tras cinco años de vida en el monasterio de Optina, Ambrosio, de 33 años, ya se había convertido en un hieromonje.

Su salud se deterioró considerablemente en aquellos años, y en 1846 se vio obligado a retirarse, pues era incapaz de cumplir sus obediencias, y puesto entre las personas que eran sustentadas por el monasterio. El estado de su salud pronto se volvió tan complicado que todos esperaban su muerte, y según una antigua costumbre rusa, el padre Ambrosio fue tonsurado con el esquema. Pero los caminos del Señor son inescrutables: en dos años (inesperadamente para muchos), el enfermo comenzó a recuperarse considerablemente. Como él mismo decía más tarde: “En un monasterio, los enfermos no mueren pronto, mientras las enfermedades les aporten beneficios reales”.

El Señor adiestró el espíritu del futuro gran staretz (5) por las enfermedades corporales. Fue especialmente importante su asociación con los padres Leo y Macario que, previendo en Ambrosio a un vaso elegido por Dios, no podían hablar de él de otra forma: “Ambrosio será una gran persona”. Mientras escuchaba los sabios consejos del padre Leo, estaba muy unido al mismo tiempo al anciano Macario. A menudo conversaba con él, abriéndole su alma y recibiendo consejo que era tan importante para él, y lo ayudó en la labor de publicar libros espirituales. El joven asceta había encontrado lo que su alma sedienta buscaba. Escribió a sus amigos sobre la felicidad espiritual que se abría para él en el Monasterio de Optina.

“Así como todos los caminos que conducen a la cima de una montaña se reúnen en lo más alto, así también en Optina (esta cima espiritual), estos elevados podvig (6) espirituales de “actividad” interior, se reunieron juntos para servir al mundo en la plenitud de sus necesidades mundanas y espirituales”. La gente acudía a los ancianos para buscar consuelo, salud y consejo… La gente que se había envuelto en sus circunstancias mundanas o filosóficas venían a los ancianos, y era a Optina donde los sedientos de la gran verdad espiritual acudían, donde cada persona saciaba su sed en esta “fuente de agua viva”. Los prominentes pensadores de aquel tiempo, filósofos y escritores, venían allí más de una y dos veces: Gogol, Alexei y Lev Tolstoy, Dostoievski, Vladimir Soloviev, Constantine Leontiev… es imposible contarlos a todos. Para un ruso, un staretz es un hombre enviado por Dios mismo. En palabras de F. M. Dostoievski: “Para un alma rusa, cansada por el trabajo y el dolor, por la injusticia constante y el pecado constante, tanto por el propio como por el del mundo, no hay mayor consuelo como encontrar un santuario o a un santo, caer ante él e inclinarse ante él. Si tenemos pecados, mentira, o tentación, hay sin embargo en la tierra, en algún lugar, un santo o alguien elevado espiritualmente, y él, por el contrario, tiene la verdad. Esto significa que la verdad no muere en la tierra, y en consecuencia, significa que vendrá a nosotros también en algún momento, y reinará en toda la tierra, como se prometió” (7).



Por la providencia de Dios, fue Ambrosio el que estaba destinado a convertirse en uno de los lazos en la línea de los catorce ancianos de Optina: tomó el lugar del anciano Macario tras la muerte de este, y durante el transcurso de 30 años asistió las necesidades espirituales de las almas sufrientes.

El staretz Ambrosio apareció en el monasterio de Optina y mantuvo la atención de los círculos exclusivamente intelectuales justo en el momento en el que esta intelectualidad era atrapada por el pensamiento filosófico occidental. Él mismo, estando en un tiempo en el alma de la sociedad, y habiendo amado todo lo mundano (cantaba y bailaba bien), y para quien un “monasterio era sinónimo de una tumba”, entendió mejor que nadie la búsqueda de la intelectualidad espiritual, y por su propia vida testificó el hecho de que el camino que había elegido era el ideal de aquella felicidad por la que todo el mundo debería esforzarse.

Ciertas son las palabras: “Mi gracia te basta, pues en la flaqueza se perfecciona la fuerza” (2ª Corintios 12:9). A pesar de sus sufrimientos físicos, que lo mantuvieron postrado en cama todo el tiempo, el anciano Ambrosio, que en aquel tiempo ya poseía una multitud de dones espirituales (clarividencia, sanación, el don de la exhortación espiritual y otros…), recibía a multitudes de personas todos los días y respondía a docenas de cartas. Tal gigantesca labor no podía ser realizada por la fortaleza humana, y así, se hacía manifiestamente presente su divina gracia vivificadora.

Entre los dones espirituales del anciano Ambrosio, que atraían a miles de personas a él, debemos mencionar en primer lugar su clarividencia: penetraba profundamente en el alma de una persona que hablaba con él y la leía como un libro abierto, sin necesidad de la admisión de la persona. Pero la caridad era simplemente su requisito: el anciano Ambrosio distribuía generosamente limosnas y demostraba una gran preocupación personal por las viudas, los huérfanos, los enfermos y los que sufren.

En los últimos años de la vida del anciano, y con su bendición, se construyó el monasterio de mujeres del Icono de Kazan, a 12 verstas (8) del monasterio de Optina, en la aldea de Shamordino. El orden y la armonía del monasterio fueron establecidos por el mismo anciano Ambrosio, y tonsuró a muchas hermanas del monasterio con sus propias manos. A finales de 1890, el número de monjas del monasterio había ascendido a 1000, pues tenía un orfanato, una escuela, un hospicio y un hospital.

Fue en Shamordino donde el anciano Ambrosio estaba destinado a encontrar la hora de su muerte, en octubre de 1891, a la edad de 79 años.

Enseñanzas y aforismos del anciano Ambrosio:
Deberíamos vivir como una rueda que gira constantemente, tocando la tierra en un solo punto, mientras todo lo demás se dirige hacia arriba.
¿Por qué la gente es mala? Porque olvidan que Dios está en ellos.
Si hacéis algo bueno, deberíais hacerlo sólo para Dios, y no deberías poner ninguna atención cuando la gente es ingrata.
La verdad es dura, pero es lo que Dios ama.
Para vivir, no te aflijas, no critiques, no irrites a nadie, y para todos, ten estima.
El que nos reprocha que nos da un regalo, pero nos alaba, nos roba.
Se debe vivir sin hipocresía, y dar a todos ejemplo; entonces nuestro trabajo será seguro, pues de otra forma se volvería pobre (9).
La hipocresía es peor que la incredulidad.
No os humilláis (10) a vosotros mismos, y a causa de esto no tenéis ninguna paz.
Nuestro amor propio es la raíz de todos los males.

Olga Glagoleva
Notas
Gubernia: antigua división geográfica y administrativa de Rusia.
El tiempo normal para la educación superior o universitaria en la Rusia de entonces. La Academia Espiritual era el siguiente paso.
Ataman Kudeyar era el cabecilla de una banda de ladrones (Ataman es el título cosaco para caudillo), sobre la que se escribió una canción popular rusa titulada “Leyenda de los Doce Ladrones”. Kudeyar y su banda vivían en los bosques, robando y asesinando a gente cristiana, hasta que la conciencia de Ataman se despertó y se convirtió en monje en el monasterio de Solovki; así lo cuenta “el honorable monje Pitirim” al compositor.
El manto o capa monástica.
Staretz: anciano, no sólo en edad, sino en sabiduría y experiencia espiritual, en humildad y amor. A un staretz, Dios le concede dones por su luchas: sabiduría, clarividencia, sanación.
Podvig: lucha o hazaña espiritual
Los hermanos Karamazov.
7,9548 millas.
De “Viviendo sin hipocresía: Consejos espirituales de los Santos Padres de Optina”, traducido al inglés por el obispo George Schaefer.
También significa: “resignarse uno mismo” (a la voluntad de Dios).

http://cristoesortodoxo.com/2014/10/23/san-ambrosio-de-optina/

Milagroso saciar del hambre ( San Paisio )


Starez vivía en aquel tiempo en la celda de la Santa Cruz del monasterio Stavronikita. Era el domingo, que la Iglesia llama "del ciego."el Starez estaba acostado enfermo y extenuado, tanto por la dolencia, como por los ayunos. Salió al patio abatido, porque no tenia nada con que restituir sus fuerzas.

Mirando hacia el mar, vió sobre el horizonte elevarse un punto negro, que volaba en dirección a su celda. Pronto pudo distinguir un ave, semejante a un halcón o águila, que llevaba en sus garras un gran pez. Acercándose a la celda, el ave soltó al pez, que cayó a los pies del Starez.

Entonces el Starez fue a la capilla de su celda, y después de orar se convenció de que no era una tentación, sino misericordia Divina. Glorificando a Dios, agradeció también a la Virgen por Su preocupación por él. Después preparó pescado frito, lo comió y restableció sus fuerzas.

Durante un tiempo el Starez vivió en el hermitario del monasterio de Iver. Comenzando el ayuno anterior a la festividad de la Asunción. Habían pasado ocho días, durante los cuales no había comido. Al día noveno un anciano monje le pidió que le ayudara a transportar sus cosas al monasterio. A pesar de su debilidad, el Starez se puso a llevar las cosas del monje. Pero, cuando volvía se sintió extenuado y mareado. De repente apareció ante él un joven luminoso y le dio un canasto con frutas frescas — que no eran de la temporada. El Starez le agradeció y el joven desapareció. Persignándose, el Starez comió algunos frutos y sus fuerzas se recuperaron completamente. El entendió que estas frutas le fueron traídas por un Ángel, y le agradeció al Señor.



San Paisio

A menudo Le pedimos a Dios distintas cosas, pero El no nos contesta. ( San Paisio )


"... A menudo Le pedimos a Dios distintas cosas, pero El no nos contesta. Para que El conteste nuestros pedidos y nos de lo que le pedimos, debemos, en primer lugar, tener humildad. Todos nosotros, tanto niños, como adultos, tenemos mucho egoísmo y no aceptamos ni indicaciones, ni observaciones. Todo lo sabemos, y todos somos sabios. Cuando en nosotros reina el egoísmo, alcanza un mínimo pretexto para una gran disputa. Abrimos la puerta a Satanás, y él entra en nuestro hogar y lo destruye. No presten atención a lo que ven o escuchen en aquel momento. Su consejo no nos ayudará y todavía más avivara el fuego. Solo aguanten un poco, oren, y cuando el otro se calme, será posible la comprensión mutua. El pescador no pesca durante la tormenta, espera que se calme el mar."

San Paisio