Monday, June 29, 2015

El arma poderosa, el nombre de Jesús.


Comencemos por la atención del espíritu, unamos a ella humildad y sobriedad, oración y contradicción, y nos encaminaremos felizmente en la senda del espíritu; iluminados por la lámpara del nombre adorado de Jesucristo nos purificaremos y adornaremos la casa de nuestro corazón.


 Si contamos exclusivamente con la sobriedad y la atención, no seremos trastornados ni perderemos la confianza a causa de nuestros enemigos. Si esos pérfidos nos dominaran y nos atraparan en la red de los malos pensamientos, muy pronto nos colocarán ante la muerte. 

Esto, porque nos habrá faltado el arma poderosa, el nombre de Jesús. Solamente esta santa arma, blandida sin cesar en un corazón simplificado, puede derrotarlos.


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